CAPÍTULO 1

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En algún lugar de Arizona vivía junto a su madre una niña llamada Clarisse, sin embargo no era feliz, ya que su madre era una alcohólica y drogadicta quien bajó los efectos de las sustancias la maltrataba física y psicológicamente.

A ella no le importaba su hija, el poco dinero que juntaba lo gastaba en sus adicciones por lo que la pequeña tenía que mendigar para conseguir algo de comida. Algunos vecinos se apiadaban de ella dándole alimento y dinero pero aún así no era suficiente. Solía tener un carácter un tanto

Con el tiempo Clarisse se volvió una joven tímida e insegura quien además de sufrir los maltratos de su madre debía hacerse responsable de los gastos, hacía un tiempo que había abandonado los estudios para poder trabajar y pagar las deudas. Y aunque muchos odiaban la escuela ella lo añoraba.

Muchas noches soñaba con una vida como la que los demás niños tenían, con padres amorosos, amigos y comida en la mesa. Sin embargo sabía que eso no pasaría; su padre las había abandonado cuándo ella era una bebé y su madre nunca mostró cariño hacia ella.
"Todo es tu culpa. Tu padre se fue por tu culpa" su madre se lo repetía todos los días con ira y lágrimas en su rostro.

-¿A dónde vas? - preguntó la mujer desde la cocina, usaba una bata con pantuflas y por la forma en que caminaba era notable su estado de embtiaguez.
-A trabajar - respondío secamente.
-Por favor.. - sonreía burlonamente - ¿Esperas que crea eso? - avanzó lentamente hacia ella con pasos temblorosos. Su cabello castaño estaba desordenado, como si no lo hubiera cepillado en meses, tenía el maquillaje corrido y los ojos rojos.
-S sí, s e me va a hacer tarde - apretaba con fuerza el pequeño bolso que tenía contra su pecho, estaba completamente acorralada contra la pared y muerta d e miedo bajó la mirada, pero su progenitora tomó con fuerza su barbilla provocando un quejido por parte de ella y que sus uñas quedarán ligeramente marcadas.
-Tú no sirves para nada, ni siquiera para existir - escupió con desdén - Más te vale volver temprano o sabes perfectamente lo que te pasará.
Un escalofrío recorrió su espalda y asintió repetidamente. Finalmente la mujer la soltó y temblorosamente se dirigió a su habitación cerrando la puerta con llave. Clarisse sentía que su corazón se saldría de su pecho, respiraba aceleradamente y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Odiaba eso, odiaba sentir tanto miedo hacia su madre, muchas veces imaginaba que la enfrentaba pero cuando la tenía cerca el miedo se apoderaba de ella y su boca se sellaba por completo.

Una vez que logró calmar un poco su respiración levantó el bolso que algún momento se le había caído junto con las llaves y salió apresuradamente de casa, pero estaba tan distraída que cuando puso un pie en el pequeño escalón de la entrada resbaló y estuvo a punto de caer de no haber sido porque alguien la tomó por la cintura.

-Cuidado señorita.
Frente a ella estaba un joven moreno que parecía tener su edad o un poco más, tenía sonrisa amable y a la vez pícara en su rostro como si acabará a hacer una travesura, su cabello era corto y lacio y sus ojos marrones la habían hipnotizado. Pero parecía que no era la única ya que él también la miraba directamente y parecía que las palabras no salían de su boca. Hasta que finalmente Clarisse logró articular palabra.
-Gra gracias.
El chico parpadeó como si hubiera salido de una ensoñación.
-No es nada- la soltó de la cintura y la ayudó a mantener el equilibrio pues parecía que sus piernas habían dejado de funcionar - ¿Te encuentras bien?
-Sí, gracias a ti no me caí.
-Lo sé pero tus ojos y nariz están rojos, parece que estabas llorando.
-Oh... Eh bueno... No es nada solo son alergias - sonrió ligeramente esperando que le creyera, afortunadamente lo hizo. - Soy Clarisse
-Chris- estrecharon sus manos, al hacerlo ambos sintieron como si una corriente eléctrica hubiera pasado por su brazo.
-Un placer Chris.
- Lo mismo digo Clarisse. ¿Y a dónde te diriges con tanta prisa?
-A la biblioteca.Trabajo allí.
-¿Te molesta si te acompañó? - la pregunta le extrañó y parece que él se dio cuenta. - Digo si no te incomoda, además evitaré que caigas.
Lo último provocó una ligera carcajada en la castaña.
-Te ves linda cuando ríes.
Clarisse se sonrojó y algo apenada iniciaron el trayecto, el cual no era largo y fue muy ameno. Descubrió que Chris tenía 17 al igual que ella y que se había mudado con su familia hacia pocos meses.
-Bueno, es aquí -se detuvieron frente un enorme edificio de 2 pisos de aspecto victoriano.
-Nos vemos pronto Clarisse-ella asintió y volvieron a estrechar sus manos

"Mi salvación"    (Percy Jackson) (Chrisse) Where stories live. Discover now