CAPÍTULO 5

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Chris.

¿Qué será lo que le pasa?

Se preguntaba una y otra vez. Sabía que era muy reservada y algo tímida, pero en los últimos días había estado muy inquieta y nerviosa y le preocupaba en verdad. Desde lo de la cafetería había intentado acercarse a ella, sin embargo, no había sido fácil, parecía que trataba de evitarlo, pues en cuanto intentaba acercarse a ella esta se iba rápidamente y esta situación ya lo estaba desesperando. Sabía que sólo había otra opción y esa era hablar con Annabeth. Se dirigió como todas las tardes a la biblioteca con la esperanza de finalmente entender lo que estaba pasando.

No tardó mucho en llegar ya que la escuela se encontraba muy cerca, entró y distinguió un ligero olor a vainilla, el favorito de Annabeth, quien se encontraba estudiando en el escritorio, el sonido de la campanilla al entrar la alertó y al ver de quien se trataba saludó con la mano y siguió en lo suyo.
-Buen día Chris.- dijo cuando llegó frente al escritorio.
-Hola Annabeth . Quería...
-Clarisse no vino el día de hoy.
-En realidad, venía a hablar contigo.
Sin despegar la mirada de sus apuntes, le indicó que continuara.
-Mira... Desde hace días que intento hablar con Clarisse, pero parece que quiere estar lo más lejos posible de mí y me preocupa porque nunca la había visto asi- tomó un respiro y continuó - ¿Hice algo malo? Algún comentario o... Se que puedo ser un idiota a veces pe...
-No es tu culpa Chris- alzó la vista y le sonrió con sinceridad. - Clarisse puede ser algo difícil pero créeme, no hiciste nada que la afectara. Simplemente tiene unos cuantos problemas en casa.
-¿Problemas? ¿Qué clase de problemas?
-Eso no me corresponde a mi decirlo, lo siento.
-Pero... Si no hice nada ¿ Por qué se aleja de mi?
La rubia se alzó de hombros y peinó su cabello en una coleta.
- No sólo de ti. También a estado un tanto distante conmigo - apoyó los codos en la mesa para sostener su cabeza con el dorso de sus manos.
-Descuida, no durará mucho, te apuesto a que en unos días se disculpara por estar evitándonos. Solo está pasando por una mala racha, no te preocupes.

Suspiró aliviado, aún tenía curiosidad por saber de que problemas hablaba Annabeth pero le alegraba saber que solo era algo temporal. Pronto todo volvería a la normalidad y ella volvería a ser esa bella chica que poco a poco iba robando su corazón.
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Pasó poco más de una semana y Clarisse volvió a ser la de siempre y él estaba feliz de que así fuera. Amaba verla reír y con esa pequeña sonrisa en el rostro que finalmente había vuelto.

-Extrañaba tu hermosa sonrisa- le dijo sin pensar y ella se sonrojó ; amaba cuando lo hacía. Muchas veces decía comentarios así para avergonzarla, se veía muy tierna intentando esconder su rubor con su cabello.

-Eres un tonto.
-Admite que te gusta que lo sea.
El rubor se volvió más intenso.
- Cállate Rodríguez . 

Se acercó a ella, tanto que sus narices se rozaban y sus aceleradas respiraciones se mezclaban. Clarisse tragó con dificultad y él quedó hipnotizado por sus ojos, como la primera vez que la vió. La tomó por la cintura para acercarla aún más. Su rostro enrojeció aún más, si es que eso era posible. Todo desapareció, eran sólo ellos, rodeados de libros y con el  sonido de sus acelerados corazones retumbando por el lugar.

-Cállame la Rue...

Es tan hermosa...
Cómo deseo saborear esos labios...

Observó su rostro, completamente rojo, sus ojos brillaban y tenía sus labios entreabiertos. Acarició su labio inferior con el pulgar y ella dejó de respirar por un momento, disfrutando de la caricia. Se fueron acercando cada vez más. En ningún momento dejaron de verse a los ojos. La mano de él se posó en su mejilla y la acarició con delicadeza. Sus corazones latian rápidamente y sus labios anhelaban con tocarse.

Estaban a punto de sellar sus labios cuando la campanilla sonó. Rompiendo la magia del momento.

Clarisse, aún roja como un tomate, se separó y se acercó para atender al cliente que acababa de llegar, aunque su mente estaba concentrada recordando lo que estuvo a punto de ocurrir. Lo que no ayudó a disminuir el rubor de su rostro.

"Algún día, nuestros labios bailarán al compás. Lo juro por la laguna Estigia"

"Mi salvación"    (Percy Jackson) (Chrisse) Where stories live. Discover now