Día 48

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La lluvia no paró de caer en toda la tarde del viernes, así que la biblioteca del instituto, considerando el día y la hora, estaba inusualmente llena. 

Baekhyun levantó la cabeza del esquema de física que estaba dibujando con su mejor letra y se masajeó las sienes con los dedos, deseando terminar con aquello de una vez, salir de allí, encerrarse en su habitación y meterse bajo las sábanas con un té con limón caliente durante lo que quedaba de día. A su alrededor, la mayoría de mesas estaban ocupadas aunque, por suerte, en la suya solamente estaban Jongdae y él. Después de una semana encerrado en aquel lugar, lo último que le apetecía era ser sociable.

—¿Qué, Byun Baek? ¿Estás cansado? —su amigo levantó la cabeza de lo que estaba leyendo (un maldito cómic; Baekhyun creía que era Ironman) y lo miró con una sonrisa de preocupación tan falsa que el chico sintió el deseo pasajero de estrellarle su carpeta en las narices.

—Me duele el cuello —dijo en su lugar, optando por ser un buen amigo. Jongdae arqueó las cejas.

—No es de extrañar, hombre. Llevas ocupando todo tu tiempo libre de los últimos cinco días en sentarte en esta mesa, cargar con libros de consulta que nadie entiende de un lado para otro y hacer resúmenes en cinco colores. ¿Y sabes qué es lo mejor? Que ni siquiera son para ti. No te haces idea de la gracia que me hace. 

Baekhyun tapó su subrayador verde con desgana. A aquellas alturas se desmayaría sobre la mesa o algo así si no tomaba un descanso, aunque fuera pequeño.

—No es gracioso —protestó, pero Jongdae no parecía opinar lo mismo.

—Uy, ¿no? Baekhyun, desde que te conozco jamás has hecho resúmenes para estudiar tú, y de repente estás sacrificando todo tu tiempo libre para hacérselos a Park Chanyeol, de entre todas las personas del mundo —replicó—. ¿Tanto quieres que se vaya a América que has pensado que tal vez no lo consiga él solo y por eso lo ayudas, o qué pasa?

Aquel no era el caso, precisamente, y Baekhyun trató de protestar, pero no supo cómo. Había sido sincero al decirle a Chanyeol que era capaz de hacer unos resúmenes especialmente bonitos y claros, pero también era verdad que terminarlos le llevaba horas, y que solía cansarse de trabajar en ellos antes de acabar. Aquella era la primera vez que había hecho tantos, y en tan poco tiempo. Y la mejor parte era que Baekhyun ni siquiera estaba seguro de por qué se estaba esforzando tanto, si todo lo que iba a conseguir como recompensa era que Chanyeol se marchase del país durante cuatro años, y eso era precisamente lo que no quería él que pasara.

Tal vez habría tenido aunque fuera un ápice de lógica si Baekhyun hubiera sido una persona desinteresada, altruista y generosa, pero la buena persona solía ser Chanyeol y no él. La única explicación que le quedaba, por lo tanto, era que debía de estar volviéndose medio idiota y masoquista. Pero eso, claro, no podía decírselo a Jongdae.

—Es... complicado —murmuró, aunque a su amigo aquello no pareció valerle.

—No, no lo es —replicó—. Chanyeol va a examinarse, aprobar e irse, y tú lo ayudas porque estás contento—. Baekhyun sintió que las comisuras de los labios se le curvaban hacia abajo e, instantáneamente, se maldijo por el poco control que tenía últimamente sobre sus expresiones faciales, porque Jongdae lo miró, parpadeando—. Espera... Porque tú estás contento, ¿no? Quieres que se vaya.

Atrapado entre la espada y la pared, Baekhyun no supo que decir. Estaba empezando a tomar aire para negarlo todo (porque como Jongdae se enterara de aquello, estaba muerto) cuando su amigo soltó una carcajada de tal volumen que los alumnos de todas las mesas a su alrededor se giraron para mirarlos y la bibliotecaria, que ya los estaba observando como si fueran criminales por atreverse a perturbar el silencio de su sagrada biblioteca con su conversación en susurros, le lanzó un "chsssst" que el chico se apresuró a ignorar.

88 Días [EXO; ChanBaek]Where stories live. Discover now