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ACLARACIONES:

1- El nombre de Jade se pronuncia tal y como se escribe JADE.

2- El nombre de Bronwen se pronuncia Brounwin y cuando le llaman por su diminutivo Wen, se pronuncia tal como se escribe Wen. Porque quien la llamo así fue Ricky ya que la madre de ella se llama Wendy y entonces le surgió un deseo de que su mejor amiga se llamara igual que su Madre.

Bueno es todo lo que quería informales, gracias por su atención ya pueden seguir su lectura.

Los amos lectores invisibles jejejeje.

CAPÍTULO 3

La vida da tantas vueltas dejándote sin tiempo de tomar el control de la tuya.

BRONWEN STONE

Mi cuerpo es demasiado diminuto para contener la gigantesca vergüenza que siento ahora mismo. Y es que cada paso que daba en la noche anterior aumentaba pena ajena.

Primero: lastime el rostro de alguien...

Error. No es cualquier alguien. Es el mismísimo Jade Turner, el hombre más hermoso y codiciado de toda la ciudad.

Como segundo acto tenemos: vomito nivel épico en el bolso de una chica.

Y no olvidemos la tensión que crecía cuando estaba a solas con Jade, ese coqueteo, las manos fuera de lugar, sus roces y toques... de acuerdo eso no está ayudando. Pero wow, que hombre. Jamás había tenido la oportunidad de estar cara a cara con él y eh caído el porque es el suspiro de toda mujer. Con esos ojos grises intensos que con una mirada que recibes sientes que toda prenda de ropa que tienes colocada es totalmente innecesaria.

—Wen.

Es guapo, no puedo negar lo inevitable.

—Wen...

Claro tiene su encanto, no obstante, sigue siendo un picaflor desalmado. Y cuando eso sucede el encanto no sirve de nada.

—¿Jade? ¿qué haces aquí?

—¡¿Qué quién?! —pregunto exasperada, cayendo de boca contra el suelo.

—Así que Jade eh —Riley me sonríe con picardía.

Maldita.

—¿Jade? ¿Quién es Jade?

Ella entona sus ojos aburrida.

—¿One direction? ¿Quién es one direction?

—Pues ellos si son relevantes.

—Turner lo está siendo para ti.

—Creo que tanto alcohol te ha dañado los sistemas.

—Por lo menos no niego la verdad.

Rio por lo bajo tirándole un cojín del sillón.

—¿Joshua a qué hora llega?

—Dentro de poco.

Él fue a dejar a Cristal después de un buen desayuno que compartimos los cuatro al aire libre en el balcón de mi apartamento.

—Me siento derrotada —se recuesta sobre la alfombra.

—Siento que cada bocanada de aire que tomo me destruye.

—Por lo menos esta vez no logramos ser arrestados. Digo que fue una victoria porque tampoco pisamos estiércol de elefante y tampoco fuimos el sticker debajo de la pata de uno de ellos.

Perfecta razón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora