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CAPÍTULO 15

Experiencia masoquista: iniciada.

Bronwen.

Esperar a que las cosas sucedan conforme lo quieres es un trabajo en vano, pero a veces es nuestra única alternativa. Esperar.

—¿Desde cuándo sabes de su existencia?

—El día anterior de la aparición de Steven.

—¿Cómo diste con él? O ¿Cómo dio él contigo?

—Ese día llegue temprano al apartamento, donde me estaba esperando Steven que venía llegando de Londres por reuniones de negocios y la información que había recolectado era un asunto urgente que tratar. Por eso, en cuanto recibí su llamada de que ya estaba esperándome, salí de inmediato de las oficinas. Nunca se me paso por la mente que al salir del elevador iba a encontrarme con el novio de mi novia.

—No es mi novio y no soy tu novia —digo, seca.

Jade, bufa. Comienza a desabotonarse la camisa.

—Hace media hora no estabas segura de eso.

—No es cierto —niego. Busco en mi armario una de sus camisas, aunque es pérdida de tiempo ya que suele dormir únicamente con su pantalón de pijama. Y si, ya compartimos guardarropas. Él invadió el mío y yo el de él.

Ambos hemos sido empujados al pozo del enfado. La tensión de molestia es tan irritante. Hace que mi mente maquine pensamientos negativos que, si no logro controlar, en poco tiempo estaré expresando lo disgustada que estoy con el chico Turner por haberme mentido.

—Siempre lo supe.

—¿Supiste qué?

—Que cargabas con un peso grande sobre tus hombros.

—¿Qué peso?

—De culpa.

Mis manos se detienen en la búsqueda del pijama. Tomo una bocanada de aire. Giro mi cabeza lentamente hasta encontrarme con Jade que está sentado en el borde de la cama con su camisa desabotonada.

—No me conoces.

—Eh aprendido hacerlo. ¿Dime si no estoy en lo correcto? ¿Dime si no te encontrabas en total angustia desde que lo nuestro comenzó? Corrígeme de no ser así, pero ya no sigas ocultándome cosas.

—¡Tú eres el que oculta cosas todo el tiempo! ¡Me mentiste cuando te pedí sinceridad! Y eso...—mi voz se quiebra—. Eso no se hace, Jade. Siempre dices que no quieres lastimarme, pero si me ocultaste de tu encuentro con Robert ¿Qué más no harías?

—¿Sabes por qué esto lo cambia todo? —su expresión seria me impresiona —. Porque no era mi secreto, era el tuyo, y si fue tu elección no ponerme al tanto de la situación en la que encontrabas con ese idiota, yo no tenía ningún derecho a cuestionar tu decisión, aunque la incertidumbre estuviera acabando conmigo.

Soy la única culpable y no tengo porque andar buscando a otros que carguen con ella. Estoy enfadada porque quede como la mentirosa más atroz del edificio y Jade me descubrió. Él ya sabía la verdad y decidió fingir que todo iba normal, que todo marchaba bien ¿Cuántos pensamientos no llegaron a su mente? ¿Qué no llego a pensar de mi? Lo traicionado que llego a sentirse y tener que callar solo por respeto a lo que yo quería.

—¿Qué fue lo que te dijo? —muerdo mis labios al ver su semblante seco. Ha puesto una barrera entre lo que siente y la realidad de las cosas. Lo sé porque yo hice lo mismo en cuanto lo conocí.

Perfecta razón Where stories live. Discover now