11 🍁 (segunda parte)

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CAPÍTULO 11

Fantasías mil maneras de morir: segunda parte.

Bronwen.

—¡Me gusta estar sola! —repite la rubia con sus oídos tapados y sus ojos cerrados.

Lleva así lo que nos queda de recorrido hacia el lugar donde los Turner's quieren llevarnos. La llovizna no se ha intensificado, el sol no se a ocultado convirtiendo esta caminata en un recuerdo mas reconfortante.

—Ay, ya por favor que alguien la calle —solicita Josh, hastiado.

Steven, que va al frente de todos, gira su torso.

—¿Qué método quieres que utilice?

—Cualquiera que sea efectivo.

—El mas efectivo es privarla del oxígeno.

Joshua se encoje de hombros.

—No importa el proceso, me interesa el resultado.

Riley le pega a Josh con una vara que ha recogido del suelo.

—Desquiciada —expresa el moreno, pegándole igualmente con una varita en el brazo.

—Tu ab...

Las siguientes palabras de Steven, la silencian.

—Un beso es practico, sencillo y seguro.

Este parece comerciante.

Riley no se atreve a articular palabra alguna. El poder de Steven es como el poder que tiene la chancla de una madre cuando no haces caso al segundo llamado y llega la voladora a dejarte quieto, calmado y en silencio absoluto.

—Método cien por ciento: comprobado —afirma Joshua.

Estado: atenta.

Riley es de las que contraatacan y siguen el juego. Es un tanto extraño que deje a Steven salirse con la suya, no es propio de ella, aunque suene muy infantil, no podemos cambiar lo que somos y que Riley sea bromista es nato, a menos que este restringiéndolo por la única razón de que ella siempre aleja a las personas cuando se trata de un peligro. No pasa los límites con las bromas, su cara de: no intentes agradarme se presenta 24/7, calla, se aleja.

Pero no puedo sacar conclusiones es tan poco tiempo. Steven solo lleva con nosotros unas horas, es imposible.

—¿Bronwen? —llama, dándose media vuelta.

—¿Sí?

—¿Recuerdas la fantasía de perdernos es una isla alejada y solitaria?

Salto un charco.

—No era de ser secuestradas —Jade se tensa. Extrañada, prosigo —, ¿en una isla solitaria?

—Esa es otra —suspira —. Ahora podemos modificar la de perdernos en una, a perdernos en un bosque.

Cristal que va en la espalda de Josh, pregunta:

—¿Por qué nos perderíamos?

—Llevamos más de hora y media caminando sin rumbo, este —acusa con su varita a Steven que va en la cabeza —. No sabe dónde nos encontramos. Solo hemos estado dando vueltas en círculos.

—No es cierto —refuta.

—Eh visto este mismo árbol cinco veces.

—Estamos en un bosque, todos los árboles son iguales.

—¿Eres arbolista?

—No.

—Entonces no opines.

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