Peter Parker, estudiante de 17 años, esconde un secreto y es que el es el súper héroe conocido como el Spider-Man, pero un día se muda a París porque lo transfirieron, cuando llegó descubrió que esa ciudad está al cuidado de otros dos héroes Ladybug...
Nos volvemos a encontrar en la bella ciudad del amor, en el cual cierto héroe, estaba columpiandose por los edificios persiguiendo a un auto el cual acababa de robar un banco. Uno de los maleantes saca un arma con el cual empieza a disparar al arácnido, pero no le daba ningún tiro, hasta que uno de los de los que estaban en el auto ya hartado de la situación, decide mostrar quién era.
Sujeto: muy bien, Spider-man, está vez te aplastaré- apretando su puño.
Spider-man (burlon): wow, si me dieran un dólar por cada vez que escucho eso seria rico. Pero ¡oye! Tu voz se me hace conocida.
Sujeto: así es, insecto- se para tras del la cajuela y de sus pies dos garras se incrusta para mantenerse firme, quitándose el saco que lo cubría, mostrando un traje de color verde y que se trataba de un hombre mayor que recién estaba pasando por sus 50, se trataba de Adrian Toomes, también conocido como Vulture, el cual en su pechera lanzó una honda sónica.
Spider-man: esto dolerá mañana- se para solo para ver que el auto se frena de golpe saliendo de este Vulture y sus compinches- ¡Toomes! Amigo, ¿cómo has estado?- dijo con los brazos abiertos.
Toomes: ¡No muy bien gracias a ti! - enciende el aparato de su pechobpara atacarlo, eso de no ser porque algo lo golpea en la cabeza- ¡¿quién fue?!
Al voltear se da cuenta que sus compinches están en el suelo noquiados, y que otra vez lo golpearan en la cabeza, enojándolo.
Toomes: ¡¿quién se atreve a.... ¿qué?
Al fijar su mirada observa a la heroína moteada, algo cambiada, tenía el cabello corto con dos mechones sobresaliendo de los costados, con su flequillo a un lado. Su traje era ligeramente diferente en sus antebrazos se formaban una especie de guantes negros sin dedos y desde su cintura hasta los zapatos eran de color negro con suelas rojas y en sus manos sostenía una manguera de agua.
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Ladybug: mucho gusto anciano. Me dijeron que te gusta mucho el agua y ya que esta haciendo un poco de calor, así que ¿porqué no te refrescas? -lo apunta- ¡Cariño, Ahora!-
A lo fondo se encontraba el arácnido junto con un camión de con agua, activando la válvula, tirando una gran casaca de agua, impactando de lleno, chocando contra una pared, quedando inconsciente, hasta que llegara la policia
Ladybug: trabajo listo- dijo féliz, tirando la manguera a un lado limpiándose las manos, y enseguida apareciendo el héroe arácnido- no se porque dices que es peligroso.
Spider-man: ahora no porque no tiene sus alas, la última vez casi me deja ciego por ese grito sónico- la mira con complicidad- y ¿cariño?
Ladybug: ¿qué tiene?- deslizando su dedo sobre la barbilla de el y lanzando su yo-yo columpiandose seguido de el.
