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Después de los minutos todo el lugar se había inundado con la presencia de todas las personas importantes del país dando paso a que el desfile comenzara y así fue sin embargo no desvié la mirada ni un segundo de la mujer frente a mi quien aún me miraba intentando no quebrarse. No voy a mentir, nunca había sentido tanto dolor como lo estaba sintiendo en este momento viéndola de esa manera, quería abrazarla, hacerla mía pero mis deseos no eran admitidos por lo menos no ahora.

Mi cuerpo se estremeció por completo cuando el maldito infeliz a su lado besó sus labios con necesidad, claramente se notaba la decepción y el dolor en la expresión de Yaeri pero solo correspondió haciendo que mi ira despertara sin embargo no podía arruinar esta noche, menos en un evento tan público por lo que debía solo calmar mi rabia y desviar la mirada intentando evitar todos los pensamientos en mi cabeza.

¡Ella no ama a ese malnacido!

Decidí concentrar mi vista en el evento que aún continuaba, debía admitir que la dueña de la marca era una diseñadora de la mejor clase, todos los vestidos que eran presentados cautivaban la atención de todas las personas presentes sobre todo la mía pues eran maravillosos.

(...)

Finalmente el desfile finalizó con la presencia de la dueña de la marca seguida de sus modelos dando paso nuevamente a las emociones y los aplausos de los espectadores sobre todo de Yaeri y su familia. Podía ver la alegría en la mirada de la trigueña mientras admiraba todo desde su lugar, sus ojos se iluminaban como pequeños luceros y eso hacía a mi corazón latir mucho más fuerte solo por verla de ese modo.

Comenzaron las subastas por los vestuarios de la marca y así continuó la noche, muchas personas estaban interesadas en cada pieza que se había mostrado y estoy de acuerdo era una línea totalmente maravillosa y única. Vi a la trigueña alejarse de todos en dirección a los baños y como era obvio no pude resistir y seguí sus pasos, no perdería ninguna oportunidad de estar a su lado aunque fueran solo segundos, ella significaba todo para mi en este momentos y a pesar de no poder estar a su lado esta noche no había dejado de pensar en ella ni un maldito instante.

—Yaeri... —al darse cuenta de mi presencia rápidamente se acercó a mi para abrazarme— Ya estoy aquí mi Luna.

—Jungkook ya no puedo más... —pude notar su voz quebrarse— No soporto tenerlo cerca.

—¿Y crees que yo soporto verte a su lado? —sostengo su mentón para hacerla mirarme— Lo único que deseo hacer es tomar tu mano y dejarle claro que solo eres para mi. —limpio una pequeña lágrima que jugueteaba en su mejilla— No se de donde saco fuerzas para contenerme y no besarte frente a todos.

—Ya no estamos frente a todos. —sonrío— Por favor, bésame.

No lo pensé ni un segundo más  para tomar sus labios entre los míos. Sentía como cada rose se volvía más necesitado que el anterior, en este instante en que me dolía verla tan desesperada y bulnerable, en este momento en que solo quería regalarle el amor que ella necesitaba entonces me di cuenta que estaba en lo cierto, yo estaba completamente enamorado de Kim Yaeri.

Lentamente nos alejamos buscando el oxígeno, no sin separar nuestros cuerpos di algunas caricias en su perfecto rostro percatándome de una leve herida que tenía entre sus cabellos que cubrían perfectamente el daño. Rápidamente intentó disimularlo mientras bajaba la mirada.

—¿Qué es esto Yaeri?

—Me caí y...

—No mientas. —la miro con seriedad— Ni siquiera se porque pregunto si se la respuesta. —sonrío sarcástico intentando contener el enojo— ¿Los periodistas a los que tanto le ha prestado atención ese idiota durante toda la noche saben sobre esto? —niega— Bueno ahora lo sabrán...

Las 145 Lunas De SaturnoWhere stories live. Discover now