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Yaeri

Levemente acomodé una toalla al rededor de mi cabeza para luego comenzar con lo que sería una aliviada y relajante ducha. No dejé de pensar toda la noche en los hermosos momentos que viví con Jungkook el día anterior, cada segundo con él a mi lado me hacía sentirme afortunada, era una persona maravillosa y amable y no dejó de demostrarme lo mucho que deseaba tenerme a su lado.

También algunas cosas retumbaban en mis pensamientos, al llegar a casa anoche HanSeok me recibió de una manera que no esperaba sinceramente, se comportó amable y no hubieron golpes cosa que nunca sucedía en mucho tiempo y menos cuando tardaba tanto en regresar pero no me interesaba pensar en eso, no quería perturbar los momentos que se estaban reproduciendo en mi mente una vez más, solo quería quedarme con esa bella imagen.

(...)

Salí del cuarto de baño mientras me envolvía entre unas toallas para después tomar mi celular encontrándome con varias llamadas perdidas de mi mejor amiga, rápidamente deslicé mi tacto sobre la pantalla para buscar su contacto y marcarle yo esta vez, luego de algunos timbres ella contestó.

¿Yae donde estabas? —escucho su voz al otro lado de la línea— No logré verte en todo el día de ayer.

—Estoy bien SoHyun. —sonrío— Pasé todo el día de ayer con Jungkook y luego regresé a casa.

Me tenías preocupada.

—Lo siento, no volverá a suceder.

Yaeri debes tener cuidado, debes avisarme cuando saldrás y yo podría ayudarte si sucediera algo... sabes como es HanSeok.

Lo se, prometo que no sucederá otra vez.

Está bien hermosa... ¿eh, vendrás al hospital?

Si por supuesto, Jungkook pasará por mi ahí.

En ese caso... Te esperaré aquí amiga.

Luego de regalarle una aceptación por mi parte finalicé la llamada para volver a mi actividad de arreglarme. Jungkook me había pedido pasar el día de hoy juntos nuevamente y por supuesto no me interpondría, me enamoraba con cada palabra y pasar hasta la mínima milésima de segundo a su lado me hacía sentir perfectamente cómoda.

¡Hoy volveríamos a ser "Las 145 Lunas de Saturno"!

(...)

Estacioné el auto en el aparcamiento y con pasos rápidos me adentré en el hospital para luego tomar el ascensor y subir hasta el piso de las oficinas. Una vez las puertas de este se abrieron caminé por el corredor en dirección hacia donde se encontraba la castaña que se había convertido en mi hermana hace muchos años. Di dos leves toques en la puerta color beis y después de recibir un "Adelante" por su parte entré en el lugar encontrándome con una bella sonrisa que siempre había estado para mi.

—Buenos días cariño. —me acerco y la abrazo, ella corresponde— Ya estoy aquí, perfectamente sana.

—Me tenías preocupada Yaeri. —me indica que tome asiento— ¿Cómo van las cosas con HanSeok?

—Extrañadamente no recibí ni un solo golpe o algún grito por haber llegado tarde anoche. —me mira extrañada— No entiendo que le sucedió.

—De HanSeok podemos esperar cualquier cosa Kim Yaeri. —me mira con preocupación— No juguemos a la suerte, ten más cuidado.

Las palabras de mi mejor amiga eran completamente ciertas, que esta vez no haya sucedido nada no significaba que no pasaría nunca más, HanSeok era una persona de armas tomar y su actitud podía cambiar en solo un segundo, no podía arriesgarme o no se que sucedería.

Las 145 Lunas De SaturnoWhere stories live. Discover now