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Jungkook

Escuché el auto de EunWoo estacionarse por lo que rápidamente corrí hacia el centro del salón para esperar su llegada, en solo segundos las puertas se abrieron dejando frente a mi la silueta de aquella mujer que dominaba mi corazón con  cada suspiro.
No pude evitar sonreír al ver su mirada angelical una vez se dio cuenta de mi presencia por lo que rápidamente corrió hacia mi para abrazarme, inmediatamente yo correspondo.

—No puedo creer que ya estés aquí mi Luna. —beso su frente— Te necesitaba tanto.

—Yo también. —sonríe.

Lentamente mi mirada se dirige hacia el castaño con las intenciones de agradecerle pero él solo me regala una expresión con el ceño fruncido.

—¿EunWoo esta todo bien? —niega y escucho una pequeña sonrisa por parte de la trigueña— ¿Pueden explicarme que sucede?

—¿Qué sucede? —lo miro confundido— Esa loca casi me asesina, creí que vería mi vida pasar ante mis ojos. —río aún confundido— Casi me lanza un jarrón.

Miro nuevamente a la chica frente a mi quien aún intenta contener su hermosa sonrisa. No comprendía lo que sucedía pero conociendo las reacciones del castaño y las ganas de reír a todo pulmón de Yaeri sabía que todo estaba más que bien pero aún así quería conocer el porqué de esta reacción.

—Se refiere a mi amiga... casi estampa un jarrón en su cabeza.

—¿Te refieres a SoHyun? —asiente— ¿Qué le hiciste EunWoo?

—¿Cómo me preguntas eso Jungkook? —finge estar ofendido— ¡Casi muero!... Solo fue el accidente en aquel café.

—¿Quieres decir que SoHyun, la amiga de mi Yaeri es la misma chica a la que le hiciste perder todos sus documentos ese día? —asiente— Oh por dios EunWoo... —doy una carcajada— Me alegro de que aún sigas vivo.

—Eres muy insensible Kook. —río nuevamente — Mejor me voy a mi habitación... —camina en dirección a las escaleras pero luego se detiene volviendo su mirada a mi— Por cierto, quiero un aumento.

No pude evitar reír por sus palabras antes de verlo desaparecer escalones arriba, EunWoo era parte fundamental de todas nuestras empresas, tenía dinero suficiente y aún así cada día me pedía un aumento por cada cosa que hacía. Mi primo fue quien único no me abandonó cuando más lo necesitaba así que le debía más que todo en esta vida.

—¿Y bien? —volví mi mirada a la trigueña para luego acercarme y dejar un corto beso sobre sus labios— Debo admitir que me volví completamente loco cuando escuché que nos encontraríamos... deseaba verte.

—Yo también Jungkook. —sonríe— Necesitaba sentirte a mi lado, sentir tus caricias y tus besos...

—No se hable más hermosa. —no dejé salir otra palabra de sus labios cuando sujeté fuertemente sus caderas contra mi cuerpo sacando un leve gemido por su parte— Estaba deseando tener tu cuerpo nuevamente solo para mi.

Maldije cientos de veces cuando el sonido de su celular interrumpió el momento haciendo que se alejara un poco de mi para tomarlo y contestar.

¡Que suertudo eres Jeon!

—¿SoHyun? —sonríe— Si, no te preocupes, estoy bien... No tienes que asesinarlo —da una pequeña carcajada— ¿Jungkook? —la miro extrañado al escuchar mi nombre ser mencionado, ella solo me mira sonriente— Si él está a mi lado... ¿Quieres hablar con él?... —me entrega su celular— Quiere decirte algo.

—¿SoHyun?

Jungkook, hola... se que no hemos hablado nunca pero te diré algo.

—Claro, adelante.

Las 145 Lunas De SaturnoWhere stories live. Discover now