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En todo el camino al hospital donde se encontraba el padre de Jungkook habíamos decidido no mencionar algo relacionado con lo que estaba a punto de ocurrir. Había dolor y molestia en su mente, todo estaba confabulando contra él por lo que era mejor no presionarlo. SoHyun y yo estuvimos totalmente de acuerdo en acompañarlos a ambos, este no era un momento en el cual debían permanecer solos y aunque nosotras nunca habíamos tenido una situación así supongo que todo apoyo era válido.

Volví de mi segundo de reflexión una vez el trigueño estacionó el auto en el aparcamiento, lentamente todos bajamos para después caminar hasta la puerta principal y entrar. Rápidamente nos acercamos hasta el área de información y una vez conocimos el estado del Señor Jeon y su habitación nos dirigimos hasta el ascensor y así subir hasta donde se encontraba.

Sentí como las manos de Jungkook tomaron las mías rogando por algo de fuerzas para lo que estaba a punto de enfrentar. Este seguramente sería uno de sus peores momentos pero sin importar nada yo estaría ahí para él.
Las puertas del ascensor se abrieron dejando a nuestra vista la primera habitación perteneciente al señor Jeon. Con pasos entrecortados nos acercamos hasta la puerta color blanco y después de dejar dos leves toques en esta por parte del trigueño y recibir un 'Adelabte' todos procedimos a entrar.

La imagen que se estaba recreando ante nosotros con cada paso hacia el interior de la habitación no era lo que esperábamos. La enfermedad que seguramente estaba consumiendo a ese señor era muy avanzada y según por mi evaluación visual ya no había remedio más que dejar el tiempo correr. Eso significaba que este era el momento para Jungkook de volver a ser una familia al menos por el pequeño tiempo que estaba siendo agotado.

—Jungkook. —la voz de aquel señor tumbado sobre la cama lo hizo voltear en esa dirección— Me alegro de que estés aquí hijo. —sonríe para después mirar al castaño— EunWoo... —el mencionado sonríe haciendo una reverencia— Gracias por venir querido sobrino.

Al percatarse de mi presencia y la de mi amiga rápidamente sonríe como si conociera mi relación con alguno de sus familiares. Supongo que un padre a punto de perder a su única familia debe conocer incluso hasta lo más mínimo de la vida de ellos y velar porque sean felices.

—Tu debes ser la mujer que salvó a mi hijo de quedarse en ese hospital. —sonrío para después realizar una reverencia— Eres muy hermosa.

—Yaeri es mi novia. —la gruesa voz de Jungkook nos hace voltear a verlo— Y ella es SoHyun, nuestra amiga. —mira a la castaña a mi lado para después volver su vista al señor de cabellos blancos— Ya estoy aquí como lo pediste, ¿que quieres de mi?

—Hijo por favor acércate. —sonríe mientras observa a Jungkook con orgullo— Quiero que estemos juntos al menos por el poco tiempo que me queda. Tenemos muchas cosas de que hablar...

—Yo creo que ustedes deben conversar a solas.

Al escuchar las palabras de EunWoo inmediatamente miré a Jungkook dándole a entender que era momento de tener esa conversación que por tanto tiempo se pospuso. Podía ver en sus ojos que no estaba dispuesto a ceder y que ni siquiera sabía que decir pero ya no había vuelta atrás, solo quedaba dejar que las palabras fluyan y luego comenzarían las lágrimas.

Lentamente me acerqué hasta el chico que se robó mi corazón para después envolverlo en mis brazos regalándole todo mi apoyo, él solo corresponde tomando fuerzas para no desvanecerse. Luego de unos segundos nos separamos para después yo tomar la mano de mi amiga y ambas salir de la habitación seguidas por EunWoo.

—¿Creen que Jungkook esté bien? —la voz de la castaña nos hace mirarla— Se nota que es un momento difícil para él.

—Se que es mi tío pero... —el chico a nuestro lado baja la mirada— Jungkook sufrió mucho y no se si pueda perdonarlo.

Las 145 Lunas De SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora