9

60 14 1
                                    




Era demasiado temprano para estar despierta pero con una nevera vacía y mi madre amenazante de venir a cenar debía ir al supermercado lo antes posible, no me era grato cocinar aunque sabía hacerlo, prefería algo más tranquilo cómo la noche anterior, una cena tranquila al lado de mi vecina.

Estaba cerrando la puerta del apartamento cuándo el sonido de otra puerta abriéndose me hizo alzar la mirada hasta el origen encontrándome con él... No recordaba si Mina alguna vez me dijo el nombre de su esposo, no lo recordaba y sinceramente no me interesaba tanto pues a pesar de nunca haber hablado de las heridas y moretones en el cuerpo de mi vecina podía sospechar en que no eran simples accidentes.

— Buenos días, Chaeyoung ¿cierto? — Parpadee un par de veces sin creer lo encantadora que podía llegar a ser su sonrisa, no me derretía pero podía admitir que algo era hermoso cuando lo veía, cómo su esposa por ejemplo.

— Sí, Son Chaeyoung... discúlpeme no recuerdo
su nombre.
— Cha Enwoo. Está es la primera vez que te veo desde tus galletas, muy ricas por cierto.— Agradecí a sus palabras guardando silencio en espera de ver salir a Mina del apartamento, pero eso nunca sucedió, solo vi como él bloqueaba una cerradura más arriba que la principal. A pesar de haber verificado las palabras de Mina la noche pasada, verlo me causaba escalofríos pues era consiente que había alguien más dentro. — Oh soy muy precavido con la seguridad, una vez me robaron y no quisiera que sucediera otra vez.

No había preguntado pero solo asentí a sus palabras, se escuchaban tan sinceras que incluso quería decirle que lo lamentaba, pero aún si fuera verdad está dejando a una persona encerrada por ser "precavido"

— ¿A dónde vas tan temprano?

"¿A caso te importa?" mis palabras se quedaron a la mitad de mi garganta, pues aún con mis sospechas de que él no era una buena persona no estaba cien por ciento segura de eso.— Voy al supermercado. — Contesté de la lamerá más cortes posible mientras me despedía con una ligera reverencia. Esa pequeña esperanza de no tener que seguir escuchándolo se desvaneció en un santiamén cuándo su mano tocó mi hombro y su voz sonó a mi lado.

— Yo también, vamos juntos. — El como lo había dicho... No fue una petición, o sugerencia, no había ni una pizca de duda, era más bien una orden, pero él no era quién para imponerse ante mi.
— No, pero, gracias.
— Insisto en que es mejor ir juntos. — La tensión se escuchaba en su voz, haciendo helar mi sangre, de una manera que nunca hubiera imaginado, yo no respondí nada más, él se impuso de una u otra forma haciendo que yo solo lo siguiera en el trayecto hasta el sótano dónde los autos eran guardados. — Es el gris.— Señaló un auto que no parecía ser del año pero, tampoco era tan antiguo cómo para no traer una pantalla en el tablero.

Enwoo era un hombre guapo, tenía un apartamento en incluso un auto que solo se podría mantener con un buen empleo, lo cuál significa que podría tener a cualquier persona a sus pies. ¿Así habrá conquistado a Mina? enseñándole todo bueno que aparenta ser, es posible pero, si tienen problemas sería más sencillo dejar a Mina y buscar otra mujer con la cuál estar en paz. — Y dime, ¿Tienes novio?

— No, soy soltera.

Él asintió en silencio mientras mantenía la mirada en las calles de la ciudad gracias a que estaba conduciendo.— ¿Y no estás interesada en nadie?

— Aún no, hace unos meses terminé una relación, así que estoy tomando tiempo para mí.— Me interesaba poco su vida pero recordando las palabras de la suegra de mi vecina debía aclarar una duda.— ¿Usted es soltero?

— Sí. — No hubo reacción de mi parte, su respuesta había sido tan clara y rápida, no dudó ni por un segundo, estaba negando a su esposa quién aunque él no lo supiera, ya tenía el placer de conocer.

BreatheOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz