Violeta regresó a casa al final del día, reflexionando sobre todo lo que había experimentado. En su mente resonaban los recuerdos del encuentro con los misteriosos ojos grises que la habían dejado intrigada. A pesar de sus intentos por convencerse de que era solo un idiota más, no podía evitar sentir curiosidad por él.

Sin embargo, pronto sus pensamientos se desviaron hacia sus nuevos amigos. Recordó con cariño a Abril, Zack, Zoé y Lea, con quienes había compartido un agradable receso. Zack, el chico pelirrojo con anteojos y pecas, destacaba por su inteligencia. Zoé, alegre y bromista, había logrado sacarle sonrisas durante todo el tiempo que pasaron juntas. Lea, la más callada pero tierna del grupo, había dejado una impresión cálida en Violeta.

Pero fue Abril quien realmente había conectado con Violeta. La rubia de ojos verdes había demostrado ser amable, divertida y con muchas cosas en común con ella. Durante el receso, habían hablado y se habían dado cuenta de que compartían intereses y pasiones.

A medida que llegaba a casa, Violeta se sintió agradecida por haber conocido a estas personas tan especiales en su segundo día de clases. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir un destello de esperanza y emoción por las amistades que estaba cultivando en su nueva etapa universitaria. Sabía que, con el apoyo de sus nuevos amigos, podría enfrentar cualquier desafío que se le presentara en el futuro.

vamos a enamorarnosWhere stories live. Discover now