Violeta entró en casa y fue recibida por el delicioso aroma de la cena cocinada por María. Con una sonrisa, su madre postiza le informó que la cena estaba lista y que la familia la esperaba en la mesa. Victor estaba absorto en su teléfono mientras Elian se entretenía con los videojuegos en el sofá. María llamó a Elian para unirse a la mesa, y él obedeció de buena gana.

Después de dejar sus cosas en su habitación, Violeta se sentó a la mesa y disfrutó de la deliciosa comida preparada por María. Durante la cena, compartió animadamente con sus hermanos, escuchando con interés las experiencias que cada uno había tenido en el día. La risa y las conversaciones familiares llenaron el ambiente, haciendo que Violeta se sintiera cálida y acogida.

Cuando María le preguntó cómo le había ido en la universidad ese día, Violeta compartió con entusiasmo la experiencia de haber hecho nuevos amigos. María, consciente de la dificultad de Violeta para relacionarse debido a la tragedia que había marcado su vida, se alegró sinceramente. Felicitó a violeta por dar ese paso y por abrirse a nuevas amistades, sabiendo lo importante que era para Violeta sentirse conectada a otros y superar su soledad.

Violeta se sintió reconfortada y agradecida por el apoyo y la felicidad de su madre. En ese momento, en medio de la calidez de su hogar y el amor de su familia, Violeta se dio cuenta de lo afortunada que era de tener a personas tan especiales a su lado, listas para acompañarla en cada paso de su camino hacia la felicidad y la superación.

vamos a enamorarnosWhere stories live. Discover now