Capítulo Dos

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El sol apenas asomaba por la ventana cuando Shinji despertó en la mullida y suave cama de Kaworu. La habitación aún estaba bañada en una penumbra matinal, y el chispeante sonido de la naturaleza despertando resonaba en el exterior. A su lado, Pen Pen yacía plácidamente, ajeno al mundo que comenzaba a despertar.

Al estirar su brazo en busca de la cálida presencia de Kaworu, Shinji se percató de que la cama estaba vacía. Un destello de desilusión cruzó por su rostro hasta que sus ojos se posaron en una nota delicadamente escrita sobre la mesita de noche.

"Mi querido Shinji,

Me temo que hoy debo partir más temprano de lo habitual. Mi itinerario será más largo el día de hoy. Lamentablemente, también regresaré algo tarde, pero sé que serás un buen chico y tendrás mi cena lista para cuando llegue. Te compensaré esta misma noche. 

Nota aparte: te doy el día libre hoy para que descanses a gusto.

Afectuosamente, Kaworu"

Shinji aferró la nota a su pecho, dejando que un suspiro escapara de sus labios. A pesar de la melancolía que le generaba la ausencia de Kaworu, la nota escrita a mano, con sus delicadas palabras, actuaba como un bálsamo reconfortante.

Con determinación, Shinji se puso de pie y, después de estirar sus músculos adormilados, se dispuso a enfrentar el día. Pen Pen, siempre fiel, lo miraba con sus ojos curiosos mientras Shinji, con un suspiro, asumía las responsabilidades del nuevo día. Claramente, lo primero era alimentar a Pen Pen.

La cocina se llenó con el aroma de la preparación del desayuno, un pan dulce de brioche y frutos del bosque. Shinji, con cada corte y mezcla, encontraba consuelo en la rutina diaria.

—Alguna vez te imaginaste que desayunaríamos como la realeza todos los días, Pen Pen? —Shinji rió para sus adentros, recordando cómo antes solía comer una o dos veces al día con mucha suerte, y la mayoría eran cosas que se conseguía mendigando para su padre y para él, o en el mejor de los casos, cosas regaladas por vecinos.

—Cuah cua--

Pronto a Shinji le entró una duda.

—Pen Pen, ¿alguna vez te has sentido un poco... abultado?

Pen Pen emitió un sonido chirriante, como si tratara de entender las palabras de Shinji.

—Quiero decir, desde que llegamos aquí, hemos estado comiendo mucho mejor. Kaworu tiene tanta comida aquí, y es tan deliciosa... y la verdad es que me siento más... lleno últimamente.

Pen Pen inclinó la cabeza, como si estuviera procesando la información.

—Y, ya sabes, a veces creo que Kaworu lo nota. Recuerdo que hace poco, estábamos en la habitación, preparándonos para dormir, y comentó algo sobre mis muslos... que según él se veían más voluminosos. Yo no lo notaba al principio, pero desde que lo mencionó... —Un rubor se esparció por las mejillas de Shinji mientras revivía aquel recuerdo— Me siento un poco avergonzado, ¿sabes? Pero Kaworu siempre es tan amable al respecto... Después de todo, también remarcó lo estrecha que sigue siendo mi cintura...

Pen Pen emitió un sonido suave, como si estuviera consolando a Shinji de alguna manera.

—Aunque a veces me pregunto si a Kaworu realmente le gusta cómo me veo ahora.

Pen Pen inclinó la cabeza hacia un lado, como si estuviera ponderando la situación.

—En fin, no lo sé... supongo que sólo estoy pensando en tonterías... No es realmente importante lo que Kaworu opine de mi cuerpo, ¿Verdad?

Los ojos del pingüino brillaron inusualmente, inquietándose ante esas palabras.

—En cambio, yo si tengo que preocuparme de que tú no subas mucho de peso, Pen Pen... —rio Shinji por lo bajo— Estás bastante más regordete que cuando llegamos.

El vendedor De cerillas-Segunda Parte [KawoShin Xmas]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz