Cuando llego a la cima de la montaña, clamo su más grande victoria ante el mundo. Allí, totalmente solo y con la mirada de la muerte quien lo miraba desconcertada.
Con la euforia del momento y el congelamiento de todos sus miembros, se sentó resignado en un improvisado cojín de nieve y la muerte le pregunto.
—Ya es hora, ¿Qué ganaste? —A lo que el, entendiendo que no había nadie para ver su logro solo respondió —Nada, pero fue genial.
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Los Frutos del Tiempo; Relatos cortos III
NovellaEl instinto del escritor siempre lo arrastra a seguir plasmando sus ideas en letras y es lo que hago. Tercera recopilación de relatos cortos.