Capítulo 2 - Nadie escapa de la mansión escarlata

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Nos acabábamos de convertir en prisioneras de la vampiresa Lady Scarlet indefinidamente, hasta que se encontrase a la culpable de tan absurda fechoría. ¿A quién le importaba un pudin habiendo infinidad de joyas y objetos valiosos que robar? ¿Realmente éste era el objetivo de la infame MK o solo sería una maniobra de distracción? En cualquier caso, me estaba enfrentando a un robo auténtico y aunque yo considerase estúpido preocuparse por esto, la dueña de la mansión no opinaba lo mismo.


Era evidente que la primera reacción que tendrían las desafortunadas invitadas era lanzar protestas hacia la anfitriona, quien intentaba mantener la calma sin mucho éxito. La presión empezaba a aumentar y el ambiente se iba caldeando por momentos.


— ¡Lady Scarlet! ¡No hemos hecho nada! ¡Sáquenos de aquí! —gritaban algunas hadas civiles preocupadas.


— ¡Estúpido parásito! ¡Como no abras ahora mismo la maldita puerta pienso quemar esta mansión hasta los cimientos! —profirió airada la pirómana Mokou.


— Si nos quedamos aquí demasiado tiempo no podré garantizar que mis chicas se comporten como es debido durante toda la noche... —amenazó Kanako "Moriya".


En cualquier momento, todo el público se abalanzaría sobre las vampiresas y el caos asolaría el salón. Parecía que todo estaba a punto de estallar cuando una fuerte bocanada de aire azotó a todos los presentes, haciendo que algunos pierdan el equilibrio. Cuando amainó el tornado, una mujer de piel pálida y vista cansada entró por la puerta que daba a un pasillo que se dirigía al Ala Este de la mansión.


— Quieto todo el mundo, nadie tiene por qué salir herido. A ninguna de de las presentes les hará bien alguno enfrentarnos entre nosotras, solo sería beneficioso para la culpable de este incidente. Os ruego que mantengan la calma hasta que se resuelva este asunto. Si de verdad quieren salir de aquí, sería de agradecer que colaborasen con la investigación -soltado el discurso, la extraña mujer regresó por donde vino.


Como si acabasen de anestesiar a toda la sala, las quejas cesaron y no se volvió a oír ni una sola amenaza más. Por fin la escena del crimen se había estabilizado, estaba en condiciones óptimas para que pudiese comenzar con mi investigación. Era el momento de que entrase en acción... o no. Cierta inspectora se cruzó en mi camino, echándome una desafiante mirada en un intento de intimidarme.


— Sin duda alguna todo esto es obra de MK. ¡Pero ha sido descuidada tratando de aislarnos aquí! ¡Ahora ella también está encerrada con nosotras y no tendrá donde esconderse!


Se la veía tan animada que me daba pena desilusionarla, pero no es bueno dejar que la gente viva en la mentira y acababa de decir una enorme incoherencia que solo podría haber cometido alguien que no ha estado presente durante los hechos.


— Inspectora Hakurei, me sorprende que diga que su deseada malhechora haya sido quien nos ha encerrado. ¿No ha prestado la suficiente atención como para oír la orden que recibió la sirvienta Sakuya de Lady Scarlet?


— Así es, pero es imposible que fuese ella quien cerrase todas las vías que daban al exterior. ¡No se movió ni un ápice de su sitio!

Hatate Holmes y el caso del pudin zampadoWhere stories live. Discover now