Zara

92 6 2
                                    

No puede ser verdad... No puede ser verdad.

Aún tenía la imagen de mis padres en mi mente, junto con el aullido de dolor que lanzaron cuando los hielos los atravesaron, acabando con sus vidas. Todo era tan vivido... tan real. Desearía que fuera un sueño. Desearía...

— ¡Avanza! —uno de los soldados encargados de llevarnos a quién sabe dónde comenzó a empujarme con la punta de su arma, alertándome un poco. Corrí para ponerme entre Jordan y Kenneth, quienes instantáneamente levantaron la guardia.

— ¡No toques a mi hermana! —saltó Jordan, protegiéndome con su cuerpo. Ya habíamos dejado de avanzar en línea recta para formar un semicírculo entre los cuatro, siendo rodeados por unos cuantos hombres con trajes de fuego, apuntándonos con sus armas.

Uno de ellos intentó agarrarme del brazo cuando estaba desprevenida, arrojándome con fuerza al suelo para luego lanzar una bala cerca de mi cuerpo, asustándome. —Mueve tus piernas o tendrás que arrastrarme sin ellas.

No sabía qué hacer, mi cuerpo no reaccionaba aún con su clara amenaza, y pareciera que los treinta segundos que tardé en hacer algo fueron lo suficiente para agotar al soldado, el cual volvió a agarrarme del brazo para luego intentar arrastrarme por el suelo, obligándome a avanzar cuando yo comencé a dar pelea. — ¡Suéltame! —usé toda mi fuerza en su contra, pero parecía que no servía para nada. Una chica pequeña como yo no podría hacer mucho en contra de un hombre tres veces más grande y fuerte. Pero aún así, sentí como mi cuerpo se hacía ligero por más forcejeo que hacía, liberando toda la pena y odio que sentía en ese momento en forma de una fuerte brisa capaz de arrojar al hombre y a mí en dos direcciones completamente contrarias. — ¿Pero qué...?

—Ya saben que tienen poderes... —dijo uno de sus amigos volviendo a apuntarme con su arma, simplemente que esta vez sí lanzó la bala en mi dirección.

— ¡Zara! —Jordan se cruzó en mi camino para evitar que esta me llegara, dejando que esta lo atravesara... pero eso nunca sucedió. Nos quedamos unos segundos esperando el momento que su cuerpo cayera, pero en vez de eso, una enorme pared de tierra se levantó, evitando que llegara a cruzar. Jordan se miró las manos asustado al igual que yo. ¿Qué diablos estaba sucediendo? ¡¿Por qué somos iguales a esos monstruos que asesinaron a nuestros padres?!

—No me digas que... —dijo Kenneth, mirando sus manos. Estiró los brazos como Spiderman, esperando lanzar algo de ellas—. No funciona conmigo.

—No eres un superhéroe, idiota —soltó Vannessa, golpeando su cabeza con su mano.

Pero eso parecía cuando uno de los hombres se acercó a él, pegando el arma a su pecho, logrando fundir el cañón de esta, doblándola hacia arriba. —¿A que no lo era?

— ¡No es momento de presumir, Kenneth! —dijo Jordan justo antes de ser noqueado por un hombre con un Taser, el cual venía amenazadoramente hacia mí. Giré rápidamente la vista a mis otros dos hermanos, los cuales —al igual que él— también se encontraban en el suelo, noqueados.

—Dulces sueños, preciosa... —Alcancé a escucharle antes de que un fuerte choque en mi cuello lograra agitar cada célula de mi cuerpo, paralizando cada parte de este, poniéndolo tieso a medida que mi vista se nublara lentamente, notando que alguien me levantaba del suelo para cargarme.

¿...Mami? ¿Papi?

El LegadoWhere stories live. Discover now