41: Plan de viernes

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Las siguientes semanas transcurrieron en un borrón

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Las siguientes semanas transcurrieron en un borrón. Con dedicarme a sólo ir a estudiar y llegar a casa para estar aburrida todo el día, él tiempo se pasaba muy lento. Sin embargo, gracias a mi buena amiga Debie, pude superar los días de aburrimiento. Decidió pedir un cambio de horario, solo por mí, y... ¡la aceptaron! Era una muy buena amiga. Cada día luego del colegio, me recogía e íbamos a mi casa caminando y conversando de la vida. Ella estaba enterada de todas mis cosas al igual que yo de las de ella. Lamentablemente se iba justo antes que mis padres regresaran a casa y no teníamos mucho tiempo para babear acerca de los actores de las series que veíamos en Netflix luego del colegio.

Podía decir que Debie se había convertido en mi mejor amiga. Ni si quiera tuve que pensar en Kem, o en Ada, o en el bebé que esperaban. Con el simple hecho de pasar tiempo con mi mejor amiga se me pasaban los problemas. Debie me había animado para continuar con la banda, con sus amigos, pero lamentablemente aún no quería arriesgarme a más. No podía estar castigada de nuevo. Mis padres me habían advertido una vez y yo ya les tenía miedo.

En el colegio cada vez que me topaba con Amber en clases, ella tenía la mala costumbre de coincidir sus ojos conmigo y rodarlos, como si no me soportara. En serio tenía muchas ganas de tirarle una bofetada y que sus ojos rodaran aún más, pero me contenía.

Ahora era una chica sin amigos en el colegio. Kylan estaba ausente; lejos de Amber y lejos de mí. Henry, por supuesto, seguía a Amber a todas partes. Incluso frecuentaba a sus amigos populares del colegio, lo que hacía que Amber se rodeara de esas personas y juntos fueran la pareja popular del lugar. Ni qué decir de mí, que con las justas conocía a la tercera parte del colegio. Pasaba más sola que una parca, pero me alegraba de haber sacado a amistades falsas de mi vida.

Los días siguieron transcurriendo sin ningún otro altercado. Luego de haber tomado mi decisión sobre alejarme de Kem, estaba más... en paz. Me sentía libre. Sí, una parte de mí dolía. Pero sabía que la vida era así, una montaña rusa de emociones con la que no podías detenerte. Sólo esperar a que acabara y disfrutar. Disfrutar de cada segundo porque la vida era acerca de vivirla y no de detenerse.

Mi meta era aquella. No podía rendirme y estar llorando por los rincones por un amor perdido. Cuando Dan me dejó, la pasé mal, pero aprendí a sobrellevarlo. Y sabía que pasaría lo mismo con Kem. Aprendería a olvidarlo, a superarlo y hacer mi vida.

A quien no podía superar era a mi Kiwi, que con tanto dolor tuve que dejarlo con Kem. Esperaba fervientemente que él pudiera darle mucho amor y cuidarlo. Me partía el corazón no haberlo visto en semanas, pero contaba con que estuviera bien y feliz al lado de su nueva familia. Renunciar a él era más doloroso que renunciar a Kem.

El día de hoy Debie tenía ciertos planes para nosotras. Era viernes, y ella no quería desaprovechar la noche. Planeaba que nosotras fueramos a la cafetería Sweetness porque por fin había logrado convencer a Julian y a su esposa para que la banda de sus amigos tocase allí cada fin de semana a partir de ese día. Era otra forma de atraer clientes y, de paso, aumentar la fama de la banda.

El chico de arriba #1 | EN FÍSICOOnde as histórias ganham vida. Descobre agora