Parte 2

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En el gran salón, earl Gyled lo miraba con cierta cautela a través de sus ojos verduzcos. Él estaba sentado en lo alto, en su trono de madera, mirando a Bjorn por lo bajo. Bjorn, lejos de estar aterrorizado, los acontecimientos le habían parecido cierto endebles, la costumbre le había hecho a esperar que alguno quiera probar suerte y le intente matar camino a los barrotes, pero para cuando empuñara su hacha todo había terminado para sus atacantes y sus cabezas rodaban por el suelo.

-Bjorn "El Rojo"- Gyled mencionó al fin, y rompió sus pensamientos- muchas historias se cuentan en toda Vaenar sobre tus viajes... si al menos la mitad de ellas son ciertas le dirás a los dioses anécdotas interesantes-

Bjorn se atragantó en la cerveza, ríos corrieron por los costados cayendo por la barba rojiza hasta el suelo. Al vaciar el tarro lo arrojó al suelo con violencia.

-Todas son verdaderas- respondió.

Gyled de repente pareció relajado.

-¿Entonces cuantos asesinatos has cometido en nombre de tu venganza?-

Bjorn mantuvo sus ojos celestes fijados en él, con tanta intensidad que Gyled no pudo evitar que le recorriera un escalofrío por la espalda; preguntándose quien era en realidad debajo de esos ojos, y si eran posibles las historias sobre él.

-Les he advertido lo que pasaría a todos los que me dieron la oportunidad; pero igualmente decidieron matarme, como si de alguna forma los dioses les bendecirían y eso cambiaría su destino-

-Tu hermano, el rey de Karadahr, ofrece una gran fortuna por quien te lleve hasta él... aunque ante tu decisión de atacar a las Casas de la tierra y los crímenes que has cometido no especifica si hemos de llevarte vivo... o muerto-

Bjorn bufó; casi decepcionado.

-Esas son las últimas palabras que la mayoría me dice...-

Gyled esbozó una sonrisa.

-Tu familia parece ser una banda de lunáticos. No me sorprende que seas uno-

-...pero nunca me habían halagado-

-La única razón por la que estamos teniendo esta charla es porque creo que podemos llegar a un entendimiento-

Bjorn arqueó una ceja, más curiosos que sorprendido.

-No me es ajeno lo que le has hecho a cualquier hombre que intente capturarte, sin distinción entre mercenarios y earls-

-Como dije, yo les advertí que me dejaran en paz - dijo ásperamente- mis asuntos no tienen que ver con ellos, soy un príncipe después de todo -

-Pero se algo que tendrá tu interés en quedarte un rato más, al menos hasta que termine de hablar. Yo sé dónde está Reghel-

Bjorn sintió como su impulso le recorrió el cuerpo como un rayo. Sus ojos se abrieron y avanzó hasta los pies del trono. Los guardias habían sido demasiado lentos y le sostuvieron cuando ya había parado conscientemente.

Gyled les hizo un ademán con la mano y los guardias retrocedieron.

-Dónde- demandó Bjorn. La cara del asesino se le hizo presente en su mente.

-Antes quiero decirte nuestro trato. Yo te daré la ubicación del asesino de earl Yorm, te proveeré de hombres a tu comando, a cambio de la mano de mi hija-

-Acepto- dijo sin pensarlo dos veces.

-Todavía no he terminado. También quiero que Karadarh apoye a mi Casa cuando decida hacerme earl del condado de Olahad... y luego, cuando mi poder quede reafirmado, de todo reino del sur oeste-

Saga de BjornWhere stories live. Discover now