014 | Me gustas.

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Amber Brinley.

Al oír que mis padres habían llegado, baje las escaleras rápidamente. Tuve una extraña sensación desde que se fueron, quería darles un fuerte abrazo, no se porque, pero eso quería

Al verlos a ambos, me lancé a sus brazos
—Mis padres, los amo. ¿Lo saben?—miro a ambos con ojos de borrego

—Mi pequeña —Mi padre tenía algo en su mirada, últimamente lo he visto cansado, debería no estresarse tanto

—Señor Brinley, debería descansar más. Te vez agotado, por favor cuida de tu salud—le digo recostandome en su pecho

Mamá tose levemente y se retira de la sala, para subir a su habitación.
—¿Mamá esta bien?

—Si, sólo está algo cansada—mi padre comienza a sonreír —Me iré a dormir un poco, fue un día agotador

Mi padre se fue a dormir, yo estaba totalmente fastidiada, no había ninguna tarea que hacer. Así que fui hacía el estudio, habían pasado días desde que fui, quería volver a ver al hermoso piano

Comencé a pasar mis dedos sobre las teclas haciendo que suene por todo el estudió. Me hubiera gustado aprender a tocarlo, tome un micrófono y lo encendí, entone mi voz y comencé hacer altas notas. Estaba decepcionada, me hacía falta más práctica

La cena estuvo algo callada, papá y mamá estaban extraños. Nuestras comidas siempre eran alegres, solíamos cantar, hablar y reírnos. Últimamente la mesa se siente vacía, como si faltará armonía

Adrián Watson.

Toda la noche estuve despierto, pensando en que podía hacer. Y como podría ayudar a mis padres, tenía que irme lo más rápido posible a la escuela, no podría soportar la mirada melancólica de mi mamá, realmente no quería mirarlos, lastimaba

—Hijo—escuche y me di la vuelta para poder observar a mi padre

—¿Qué pasa?—pregunto

—Hoy, no hay nada para desayunar —mi padre encoge los hombros y procede a meter una mano a su bolsillo para sacar seis dólares y extender su mano hacía mi—Ten, puedes comprarte algo

—Lo necesitas más que yo —cierro su palma con mi mi mano y me despido alzando la mano, para finalmente salir por la puerta

Tome mi camino hacia la escuela. Pareciera que el cielo está de acuerdo a mi ánimo, estaba completamente nublado, sólo habían pasado dos minutos y comenzó a llover; en ese momento una lágrima cayó por mi rostro, gracias a la lluvia nadie podía pensar que estuviese llorando

Una vez llegando a la escuela y demasiado mojado a causa de la lluvia, suspiro un poco y camino hacia mi aula

—Adrián —Yesenia había tomado mi brazo—¡Estas mojado! ¡Mi pobre bebé!—expresa con una sonrisa

La apartó con delicadeza—No pasa nada —explicó

Después de unos segundos Gerardo llega corriendo con un paraguas, inmediatamente la cierra y entra al salón, mirándome con vergüenza
—Hola—dijo apenado

—¿Por que están así? ¡Son mejores amigos!—interrumpe Yesenia con ánimos

—Quiero hablar contigo—contesto mirando a Gerardo para al final salir y esperarlo en la puerta

—Tengo que ir a llevar mis cosas al casillero, espera—observó como corre de espaldas con sus cosas

Lo que estoy apunto de hacer ahora, jamás me lo perdonare.

¿Son la misma? ©Where stories live. Discover now