Capítulo 11: ¿Alucinaciones?

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Parpadeo varias veces, tratando de sacar mi mente del estado aturdido en el que me encuentro, y me doy cuenta de que aún estoy de pie en la cocina

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Parpadeo varias veces, tratando de sacar mi mente del estado aturdido en el que me encuentro, y me doy cuenta de que aún estoy de pie en la cocina. La puerta trasera permanece abierta, y en la distancia, veo a mis padres en el jardín trasero, pero no tengo ni idea de qué excusa darles para justificar mi repentina aparición en casa a mitad del día. Después de aquella impactante escena que me dejó como una loca frente a la máxima autoridad del pueblo, todo parece desmoronarse a mi alrededor, una debacle personal exclusiva para mí.

Me froto el rostro y suelto un largo suspiro. En ese momento, siento cómo mi celular vibra en mi bolsillo, y sé que es un mensaje de ella. Supongo que el verdadero problema acaba de empezar.

 Supongo que el verdadero problema acaba de empezar

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Miro la hora, 13.20hrs. Es cierto, llevo más de dos horas fuera. ¿Qué escusa podría poner? Sé que la biblioteca no depende plenamente de mí, y no niego mis responsabilidades, pero justo hoy es el día en el que llegan los paquetes que esperábamos, y me corresponde firmarlos, no Camila. No puedo desaparecerme porque sí.

Entrecierro los ojos y tecleo una respuesta. Ella responde de inmediato.

Guardo el celular en el fondo de mi bolso y me doy cuenta de que tengo varias horas para pensar en una buena excusa tanto para mis padres y mi jefe, porque ser honesta no me ayudará en absoluto

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Guardo el celular en el fondo de mi bolso y me doy cuenta de que tengo varias horas para pensar en una buena excusa tanto para mis padres y mi jefe, porque ser honesta no me ayudará en absoluto. Paso por la isla de la cocina y tomo el vaso de agua que ya está servido. Estoy por darme la vuelta cuando mis ojos caen sobre el almanaque pegado en la puerta de la nevera.

Ademia ©Where stories live. Discover now