PODRÍAMOS SER EXTRAÑOS

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Multimedia: Keane - We Might as Well Be Strangers.

18 de enero del 2018.

Me preparo para tocar la última canción de la noche. Varias personas se encuentran de pie a mí alrededor para escucharme tocar y cantar. Algunas me han dejado buena propina. Alzo mi vista hacia el frente y veo que varios metros atrás se encuentra Gael, quien se encuentra recargado en uno de los postes de electricidad.

Gael es un chico que no termino de comprender. Ya que esta no es la primera noche que lo veo haciendo eso, ya lleva varias y siempre es la misma rutina. Solo se queda a escuchar una canción y luego se retira. Pero cuando coincidimos en la puerta que da a la calle de la vecindad, es grosero.

—Si fuera un caballero, te diría que las damas primero, pero como no soy ningún caballero. Te jodes —siempre es lo mismo con él.

Siempre grosero conmigo, y otras con una pizca de amabilidad. Sinceramente es un hombre demasiado bipolar. Nunca voy a saber con qué tipo de Gael voy a tratar. Lo miro por última vez antes de empezar a tocar. Dust in the wind es mi elección final.

I close my eyes only for a moment and the moment's gone
All my dreams pass before my eyes, a curiosity
Dust in the wind.

Hace algunos años, cuando estaba en la etapa de mi adolescencia. Había tenido un fuerte problema con mis padres —nada fuera de lo normal —. Pero ese día fue una pelea terrible. Ellos me habían prohibido la amistad de Angie, Ricardo y Rebecca. También me hubiera prohibido la amistad de Ian de haber conocido sus andanzas. Ya que no quería que tuviera por amigos a una zorra, un homosexual y a una chica fácil —decía que Evangeline se casó porque ya venía un bebé en camino —. Discutimos y yo me salí de casa por unos días.

En el tiempo que estuve lejos de con ellos, me quedé viviendo en la casa de una señora que en sus años fue cantante de un grupo de rock. Helena es una mujer que era criticada por todo el pueblo por su forma de ser, por su forma de pensar. Ella vestía de siempre de color negro combinado con rojo o morado, pero no los usaba en vestidos largos o faldas hasta los tobillos, ella usaba pantalones o vestidos entallados. Su cabello lo llevaba realmente corto. Blanco totalmente. Tenía varios tatuajes en los brazos, como aretes en las orejas y en la nariz. Ella siempre ha estado a favor del aborto legal, del feminismo. Por eso mismo era criticada. Y a pesar de todo esto, nunca me juzgó, nunca me ofendió por mi forma de pensar ni de la crianza que tuve, era respetuosa con todos, aunque no todos lo fueran con ella.

Helena fue ella la que me enseñó a tocar la guitarra y a cantar canciones que no fueran coros de la iglesia. La primera canción que toqué en mi vida. Dust in the wind. Y no solo eso, ella era la dueña del lugar en donde tenía mi café. Me cobraba poco de renta, y me ayudaba con la mayoría de mis gastos. Ella fue mi salvación en muchas situaciones.

Don't hang on nothing lasts forever but the earth and sky
It slips away all your money won't another minute buy.

Dust in the wind all we are is dust in the wind.

Termino de cantar y fijo la mirada hacia el frente. La mayoría de las personas que se encuentran a mí alrededor arrojan monedas y billetes al estuche de la guitarra, otros aplauden. Pero Gael ya no se encuentra en el poste. Lo mismo de diario.

Les termino de dar las gracias a todos y me pongo de rodillas para guardar el dinero recaudado en mi bolsillo. Cuatrocientos pesos, no me fue mal.

—Eres buena —levanto la mirada al escuchar eso. De pie frente a mí, se encuentra un chico que casi llega a los treinta. Cabello castaño oscuro, piel morena, ojos azules. Va vestido con un pantalón de mezclilla y una camisa azul marino.

La única excepciónWhere stories live. Discover now