25

45 2 4
                                    

Connor

Melody me había vuelto a atrapar en la oscuridad.

No había nadie a mi alrededor.

Solo soledad.

¿Acaso había muerto?

¡No!

¡No podía ser cierto!

Todavía sentía el frió que invadía mi ser.

El miedo me mantenía cociente, como una compañía en medio de la oscuridad, viendo como mis alrededores eran iluminados por pequeños fragmentos de luz.

—¡Wayne! —como un resplandor — ¡Eh! —que me llevó a otra dimensión.

Un lugar del que solo necesite de unos segundos para poder reconocerlo.

—¡Púdrete! —mi mente se conecto con el momento en que veía a Wayne alejarse.

Incluso mi mano estaba suspendida, como sí no hubiese pasado un solo segundo del momento en que traté de detenerlo.

No podía ser posible.

Había regresado al punto donde mi sueño fue interrumpido.

Wayne se alejaba y yo me quedaba mirándolo dentro de un comedor repleto de miembros que me veían como un idiota.

—Uy, Selwin. Tu y Adam, —gritaban cosas que no tenían sentido—, haber para cuando te animas a salir del closet, amigo —y otros solamente se reían, de la misma forma que Nick solía hacerlo cuando Tyler se acababa el desayuno.

No era más que un bobo vagando dentro de una dimensión fantasma, como un niño viendo a sus hermanos por no saber lo que era el sexo Perfecto.

—¡Ya basta! —quería tanto encontrar un solo minuto de paz...

...pero los miembros solo me ignoraron.

Ring

Era obvio que para ellos solo era un idiota al que era necesario ignorarlo durante el lapso que tomaban sus cosas y se alejaban del lugar, dejándome en un escenario repleto de mesas, bandejas con alimento...

—Oye —...y la compañía de un miembro que juraría había aparecido de la nada— no piensas ir a clases.

—¿Qué?

Era un miembro del Sexo Imperfecto, o al menos eso parecía.

Su postura era robusta y tenía piel arrugada, como la de nosotros, pero poseía curvaturas similares a las de un miembro del Sexo Perfecto. Sus labios eran de color rojo, las uñas no se veían como sí estuviesen arregladas y las pestañas eran demasiado oscuras, como sí no estuviesen bien pintadas.

Solo los miembros del Sexo Perfecto tenían derecho a usar tales cosas porque los hacían mantener su belleza, en cambio este miembro no parecía darle importancia a su imagen. Ademas tenía detalles que lo hacían parecer un Imperfecto, como verrugas, manchas en la piel y ese cabello canoso.

Parecía ser el padre.

—¿Qué esta pasando, Libby? —pero eso no fue todo.

Un segundo miembro apareció de la misma forma que él primero.

Este tenía la piel oscura, estatura alta y era demasiado delgado.

—Es este tonto, Ruth. Se quedó parado.

—¿En serio? —Ruth también tenía arrugas adornando su rostro y demasiadas canas—. No si tienes razón, se quedó tieso.

—¿Qué hacemos con él?

EXPERIMENTOS LOS ORÍGENES, DOMINADOS, Libro 2Where stories live. Discover now