Libro 2: Capítulo 7. Placer

26.5K 3.2K 1.1K
                                    

59: Placer

Permanecí en silencio mientras Aleksi le contaba todo a su mamá

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Permanecí en silencio mientras Aleksi le contaba todo a su mamá. No me sentía muy segura sobre mi propia versión de los hechos, porque me enteré de la mayoría de ellos hasta hacía muy poco.

Vibeke pasó de tener una expresión atenta, cautelosa, a girarse hacia mi con verdadera alarma y pena. Sin embargo, no dijo ni una sola palabra hasta que su hijo terminó el relato y le reclamó a Alice a su hermanito.

—Ahora entiendo por qué no te has marcado antes —murmuró Phil, rascándose la frente—. Nunca te lo dije abiertamente. Pero pensé... tu madre y yo pensamos que quizás se debía a tu rareza. Pero Kayla es como tú, así que están hechos el uno para el otro.

Aleksi sostuvo a su hermanito y no miró a Philippe mientras contestaba.

—Todos lo pensamos. Yo, por demasiados siglos.

Me encogí en el sillón, a su lado, casi sintiéndome culpable por no haber nacido antes, pero Alek me dirigió una sonrisa fascinada, que no estaba dirigida al bebé que tenía en sus brazos, y se me esfumó cualquier posible malestar.

—No es de extrañar. Los Edevane son un clan asqueroso y maldito —musitó Vibeke, apoyándose en la pared de la cabaña—. Son como animales primitivos. Se reproducen como ratas y aún así, no logran obtener lo que más anhelan y pisotean: mujeres de su propia sangre.

—Lo cuál es una fortuna —suspiró Phil, levantando las cejas—. Qué destino tan triste.

—El nuestro —masculló mi tía, cruzándose de brazos y dejándose caer contra el respaldo del sillón—, si no nos deshacemos de ellos. Al menos de la mayoría.

Aleksi bajó la vista hacia el pequeño rostro arrugado de Theo y exhaló con lentitud. Él sabía que eso era imposible. Mi tía también, pero no quitaba el deseo que rugía por nuestras venas.

—Lo único que podemos hacer es ponerlos en su lugar —dijo Aleksi—. Matamos muchos esta mañana. Arthur no puede avanzar por sí mismo. Arnold no jugará tan pronto. Tenemos tiempo. Hemos comprado algo de tiempo.

En ese momento, Vibeke suspiró.

—No maté a todos ellos —explicó, de pronto. Todos levantamos la cabeza para verla. Elliot, que seguía junto a la puerta, apretó los labios—. Algunos huyeron. Jóvenes, inexpertos. Brutos, pero sin diciplina y técnica. Por suerte para mí. En un día mejor, podría haberlos cazado a todos.

Phil negó con la cabeza.

—Por suerte se fueron —murmuró—. Se asustaron de Vivi lo suficiente. Quizás creen que ella tiene algún poder como Alek. Porque si no, yo no hubiese podido contenerlos —Cuando todos lo miramos, él sonrió con algo de culpa y vergüenza—. No soy muy bueno luchando —se excusó—. Mi instinto es torpe, casi tan malo como los Edevane que nos atacaron en la mañana. Vivi siempre es mejor peleando.

Hodeskalle [Libro 1 y 2]Where stories live. Discover now