Capítulo 27: ¿Pijamada?

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Todavía sintiéndome un poco confundida busqué a mi madre, la localicé hablando con unos conocidos y me acerqué cuando se fueron.

—Ah, Luan, ahí estás, solo quería decirte que si ya quieres irte a casa está bien.

—¿No quieres que les ayude a recoger como siempre?

—Debes estar cansada, ve a dormir temprano.

Miré a nuestro alrededor, no había nadie que pudiera escucharnos.

«¿Qué mosco le picó?».

—¿Segura?

—¡Claro! Nos vemos allá.

—D-de acuerdo.

Ella se fue porque la buscaban, pero yo me quedé parada ahí unos segundos.

«¿Estoy enferma?», pensé mientras me pasaba la mano por la frente y las mejillas.

Me fui a casa sintiéndome rara, me di una ducha para quitarme la harina, el confeti y los pedazos de cascarón que se me quedaron en el cabello, luego intenté dormir.

Al día siguiente hubo escuela, así que me levanté temprano y me fui antes para no hablar con mis padres.

—Hey, hoy llegaste más pronto que de costumbre —saludó Eric.

—Hola chicos.

—¿Cómo estuvo la fiesta?

—Bien, creo.

—¿Tú y Melanie finalmente se subieron a algún juego mecánico? —preguntó Félix

—En realidad... Ella y yo peleamos hace unas semanas, y no me habla.

—¿Por qué no nos dijiste?

—Porque fue mi culpa y Moni me aconsejó esperar.

—¿Vendiste sola? —cuestionó Eric.

—No, Kate estuvo conmigo.

—¿Y qué más hicieron?

—Bueno, primero...

Les conté todo, incluido lo que pasó con mi madre, ellos también creían que algo olía raro.

A mi regreso, me encontré con mis padres en la sala, charlando pacíficamente, ambos me saludaron alegres y me hicieron sentarme con ellos.

—Luan, queremos decirte que estamos muy orgullosos de ti.

—Am... ¿Por?

—Hablé con María, su hijo y los otros han presentado grandes mejoras —explicó mi madre.

—Además, hiciste un gran trabajo en la misa, y sobre todo en las ventas —completó mi padre.

—Nos impresionaste, aunque al principio estábamos asustados.

—Muchos se acercaron a felicitarnos por tu desempeño.

—Eso es... genial —respondí confundida.

—Y tú madre y yo estuvimos pensando cómo recompensarte, se nos ocurrió...

—Que como ahora te llevas bien con Kate, tal vez podrían hacer una pijamada.

«¿Estarán intentando que le pida que asista a las misas?».

—Suena bien... pero no sé si sea algo que ella quisiera hacer.

—¿Por qué no lo hablan en la junta de hoy? —propuso mi papá.

—¿Habrá hoy?

—Sí, para ver las ganancias y administrar el dinero.

El sonido del ríoWhere stories live. Discover now