Capítulo 50

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—¿Qué? ¿Cómo sabes eso?
Suspiro pesadamente.
—El oficio dice que nos están citando a las partes debido a que ha habido una "preterición errónea o no intencional". Hablé con mi abogado y me explico que ese tipo o clase de impugnación es debido a que hay un heredero legítimo... Yo, por obvias razones no soy legítima y sus padres ya lo impugnaron y hubo una resolución, por lo cual ellos no fueron...
—¿Estás segura?
—Hable con su mamá -lo observo unos instantes- me dijo que a ella le llegó el mismo oficio y que una mujer había hablado con ella, ya que quería hacerle pruebas de ADN a su hijo para demostrar que ellos realmente eran los abuelos.
Jared pasa sus manos por el pelo.
Niego soltando una risa sin ganas.
—Bebé, comamos, luego seguimos con el tema.
—¿Quién es esa mujer? ¿La conoces?
Asiento.
—Eso es lo que más me sorprende, es Mónica...
Su sorpresa puede compararse a la mía cuando lo supe.
—¿La que vino a verte hace unos meses? —su ceño no para de fruncirse.
—Sí, ella. Su hijo, ella asegura que es de Ángel.
Jared busca mi mano, al encontrarla la entrelaza con la mía.
—¿Estás bien?
Niego pero después asiento.
—Estoy bien, solo que... No puedo creer que Ángel haya hecho eso, porque, si eso es verdad —tuerzo el gesto— si es verdad, entonces Ángel me engañó, ¿sabes? Y, no logro imaginarlo.

Mi corazón se contrae de solo pensarlo.

—Me están destruyendo al Ángel que yo conocía, ¿sabes?

Acaricia el torzo de mi mano.
—Quizá lo visualizaste como el hombre perfecto, y en esta vida nadie lo es, todos cometemos errores.

—Es que, lo pienso y no entiendo en que momento... Quiero decir, hubo un tiempo en que las cosas no eran las mejores, en que no estábamos tan bien, pero yo sé que por el amor que ambos nos teníamos no éramos capaces de hacernos eso.

—Pequeña... —se para de su silla para ponerse a mi lado y agacharse a mi altura— siento mucho que te estén obligando a revivir nuevamente todo esto. Pero tú eres muy fuerte, ¿sí? —acaricia mi rostro— Solo recuerda que somos humanos y podemos cometer errores, nadie está exento de eso... Lo que quiero decir es que, necesitas mentalizarte para lo peor, así no te llevas malas sorpresas.
Muerdo mi labio inferior y asiento.
— Sé que tienes razón, pero imaginar eso como que duele —ladeo el gesto— No me malentiendas —acaricio su mejilla— pensar en la traición es lo que duele. Ese es un sentimiento nuevo...
Suspiro pesadamente cerrando los ojos por unos segundos.
—Pero bueno, supongo que la traición viene de quién menos lo esperas.
—¿Lo dices por Ángel?
Niego.
— Pues también, pero, lo digo por Mónica. La creí mi amiga.
— A veces elegimos a las personas equivocadas, nena —toma mi mano depositando un beso en ella— sabes que cuentas con todo mi apoyo en lo que necesites.
—Gracias —estrecho su mano.

Antes de volver a su silla me mira y estoy segura que está tratando de asegurarse que esté bien.

—... Entonces, ¿Irás a México a arreglar ese asunto también?
Niego dándole un trago a mi copa.
— La audiencia es hasta Febrero, ya que los juzgados vuelvan a abrir.
— ¿Irás?
— Yo creo que sí, estoy citada. Sino voy tomarán mi falta como si estuviera a favor de todo.
— ¿Que es lo que ella está pidiendo?
Me encojo de hombros.
— Primeramente, que reconozcan al niño como hijo legítimo de Ángel, a mi eso no me concierne, solo a la familia, pero eso conlleva que se vuelva a abrir el juicio de la herencia por un posible legítimo.
— ¿Y si lo dejas así? ¿Que se enreden entre ellos?
— Es que no puedo permitir que ella me arrebate las cosas que nos costaron a mí y a Ángel... Me voy a escuchar super materialista, pero, sé lo que hará, peleará por dividir la herencia nuevamente.
— ¿Qué puede quitarte a ti?

Rio sin ganas.

— Me pueden quitar la casa de México y el auto.

— ¿Y que te lo quiten te duele?

Stay (Jared Leto)Där berättelser lever. Upptäck nu