Stay (Jared Leto)

Capitulo 47

Bliss Fernández.

Escucho sonar a lo lejos mi celular, el sonido de la alarma hace que el sueño en el que estaba se vaya esfumando poco a poco.
Abro lentamente los ojos, hay mucha oscuridad aún. Volteo a ver el reloj que está en mi mesita de noche.
Frunzo el ceño al ver qué apenas son las 4:07 am.

Esa no es mi alarma, mi alarma la puse a las 5:00 a.m.

Mi celular vuelve a sonar... Es una llamada.
Bufo.
Lo desconecto y lo agarro para ver quién es, la luz me encandila, pero no lo suficiente para ver la pantalla.
Gruñó y contesto.
—¿Hola?
—Nena, hola, es Jared —susurra.
—Hola Jared, necesito dormir, hablamos luego.
Cuelgo y vuelvo a poner el celular en la mesita de noche tapando mi cara con una almohada.
El hecho de que yo lo quiera demasiado no le da el derecho de marcar cuando él quiera y mandarme a la shit cuando se le antoje, como anoche.
Estoy perdiendo me en el sueño cuando vuelve a sonar mi celular.
Son las 4:16 a.m.
Contesto.
—Hey, no se te ocurra colgarme —protesta Jared.
—A ver, yo ayer quería verte cabrón—contesto molesta— No me vengas con eso de que quieres hablarme en plena madrugada, ahora soy yo la que necesita dormir.
—Bliss, nena, quiero dormir contigo, ni siquiera he podido dormir bien, toda la noche he tenido pesadillas. ¿Puedo dormir contigo? —su voz suena cansada pero desesperada para saber que dice la verdad.
—No puedo, ya casi es hora de levantarme a bañar.
—Pues entonces nos bañamos juntos, ¿Que dices? -pregunta con voz ronca.
Trato de ignorar su voz seductora.
—Mejor, ¿te parece si nos vemos mañana? Hoy ya tengo planes.
—Hey, nena, no seas así de vengativa—casi lo siento ponerme los ojos en blanco—puedo formar parte de tus planes sin ningún problema.
—¿Ah sí? ¿A Emma no le molesta? No quiero que tengan problemas con la prensa —digo con sarcasmo.
—¿De verdad Bliss? ¿Vas a salir con esto en lugar de aprovechar el tiempo conmigo?
—¿Ahora soy yo Jared?
—Abreme la puerta, estoy afuera— dice molesto.
—¿Qué? —frunzo el ceño.
—Abreme, si quieres pelear, peleemos, pero cara a cara —exige.
Me quedo unos segundos en silencio para luego responder:
—Estas de broma, ¿No?
—Abreme Fernanda, no quiero despertar a tu roomie con mis gritos.
Cuelgo.
Me paro de la cama, me pongo un short y una blusa y salgo corriendo hacia la puerta. Le quito la infinidad de seguros que tiene y abro lentamente para no hacer tanto ruido, y todavía corro hacia el portón de entrada.
Lo veo parado frente a mi, se ve tan lindo, hace tres semanas que no lo abrazo, que no lo toco, que no lo beso, mis manos cosquillean por tocarlo.
—Fernanda —su voz suena entre molesta y aliviada.
Estoy pensando en si lo abrazo o comienzo a golpearlo cuando soy jalada y envuelta por sus brazos.
—Oh pequeña —pone su nariz en mi pelo— Te extrañaba tanto nena.
—Pues como que no se notaba — me quejo pero me aferro a él.
— Ya cerremos ese tema, por favor.

Lo hago pasar a mi cuarto, porque es muy temprano para platicar con él en la sala y despertar a Agus.
—Está bonita la casa —comenta Jared una vez se sienta en mi cama.
—Iré a San Diego, Jared, si quieres nos podemos ver mañana en la tarde, ya que vuelva.
—No seas así, yo me voy el miércoles a Chicago.
—Por qué me dices que no sea así, si el que no quiso estar conmigo ayer fuiste tú.
Suspira con pesadez.
—Ayer traía un dolor intenso de cabeza, solo quería dormir Bliss, ¿puedes perdonarme?
Cierro los ojos.
—Ok, solo diré lo último sobre está conversación —lo volteo a ver a los ojos— me diste en el cora.
— Mi vida, perdoname, ¿Sí? No fue mi intención, yo solo no quería arruinarnos la noche, pero hoy vengo para estar todos estos días a tu lado — me ve con una sonrisita— O al menos para estar este fin de semana contigo, depende tus planes.
Lo miro y no puedo evitar que mi corazón se derrita poquito.
Me jala hacia él y me abraza con fuerza.
—Me encanta tu aroma — susurra acariciando mi espalda— lo había echado mucho de menos — entierra su nariz en mi cuello— y este cuerpo tan hermoso entre mis brazos.
— Yo también te extrañaba — lo abrazo mientras disfruto del momento.
— Entonces... ¿Vamos a ir a San Diego?
— ¿Quieres ir? — le pregunto apartandome ligeramente de él viéndolo con una sonrisa.
— Claro que quiero — le da un beso a mi frente.