Capitulo 48

18 0 0
                                    

Bajamos de mi auto, cargando nuestras pequeñas maletas y caminamos hacia el lobby del edificio donde se encuentra mi departamento.

—Francisco, ¿cómo está?—saludo a mi portero entrando por la puerta de residentes.
Voltea a verme con una sonrisa enorme que me contagia al instante.
—Extrañando su sonrisa señorita, ¿y usted?
—Yo extrañandolo a usted y a San Diego.
Me acerco a él y le doy un abrazo porque realmente lo extraño en el cora.

Me entrega unos paquetes que me llegaron y unos sobres. Subimos a mi piso y corro a darme otro baño ya que acabamos de ir con Will a la pista y al Gym con Mark.

Decidimos que hoy iríamos a la playa por la tarde, pero que descansaríamos antes de eso.

Jared está durmiendo, por lo que decido ir a comprar un poco de comida para estos dos días que estaremos aquí.
Cuándo vuelvo me pongo a hacer de comer. Y esto de hacer de comer para Jared es complicado, porque yo como de todo, pero él no, y yo no conozco recetas de comidas veganas, tuve que comprar un recetario vegano para darme una idea de que hacerle, y quizá para la cena pediremos en algún restaurante.

Cuando terminamos de comer  me ayuda a lavar los utensilios y platos, y como realmente queremos descansar, nos vamos directo a la sala a poner una película y comer palomitas.

—¿Cómo te haz sentido en Los Angeles, nena? —me pregunta después de un rato, en una parte aburrida de la película.

Hemos platicado, pero ha sido más de nuestros trabajos que de nosotros.

—Bien, pero rara.

Voltea a verme con el ceño fruncido y se acomoda para estar frente a frente.

—¿Cómo así? ¿Por qué? 

—Pues tú sabes, aquí tengo a todos mis amigos y todos mis lugares ya conocidos, allá aún no encuentro un gimnasio que me llegue a agradar 100%, no tengo a Mark allá, Will fue a verme como 4 veces en estas semanas, y es super cool, pero ahora no puedo conducir mi moto con él por las mañanas— trago saliva porque me da nostalgia— o sea, me gusta, me gusta la ciudad, mi trabajo, mi equipo, todo eso, pero extraño a mis amigos.

Me jala hacia él abrazándome a su costado.

—Nena, es normal extrañar.

—Lo sé, pero es que me siento sola Jar, y tú ya te vuelves a ir el miércoles —recargo mi cabeza en su hombro.

Suelto un suspiro.

—Si quieres me quedo, amor —acaricia mi pelo.

Río sin ganas, sé que esta bromeando.

—Se me va a pasar, no es para tanto —le regalo una ligera sonrisa.

—Lo sé, eres demasiado fuerte —besa mi pelo— y sé que debería acompañarte en este gran paso, estar para ti, mostrarte la ciudad y divertirnos juntos, Bliss, realmente quisiera hacerlo...

—...Pero no puedes —le ayudo a terminar su frase— y yo lo entiendo, de verdad —levando la cabeza para verlo de frente— no pasa nada, solo es la nostalgia de extrañar todo esto —veo hacia mi apartamento— a parte, no estaba acostumbrada a compartir departamento, y no sé si mi puesto en Los Angeles vaya a ser permanente, porque imagínate que lo sea, ¿que voy a hacer con mi departamento? —paso mis manos por el pelo— aún me falta no sé cuánto para terminar de pagarlo.

—Si eso pasa y ya no lo quieres yo te ayudo a venderlo, bebé.

—¿Tú, o Emma? 

Frunce el ceño.

—¿Que traes con Emma?

—Nada, sólo que a veces dependes mucho de ella y lo que diga, ¿no? —lo veo tratando de mostrar desinterés.

Stay (Jared Leto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora