𝟎𝟑: 𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓸𝓼.

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—¡Ya quiero bajarme de esta cosa! —los gritos de miedo de Rosslenne estaban atormentando a Daki

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—¡Ya quiero bajarme de esta cosa! —los gritos de miedo de Rosslenne estaban atormentando a Daki.

—¡Deja de ser tan ruidosa, no te va a pasar nada!

—¡Pero no me gusta estar de última, siento que me voy a caer!

Entonces Gyutaro se detuvo. El cabello de la castaña parecía que se acababa de levantar.

Se puso detrás del peli verde abrazándolo como si su vida dependiera de ello. Mientras Daki la resguardaba detrás.

Dejó de hacer ruido y se mantuvo callada hasta que llegaron al colegio.

—¡Oh, dulce, dulce suelo! ¡Te adoro! —casi que lo besaba.

—Te vas a ensuciar el uniforme por andar de dramática. —la azabache la tomó de la mano.

—Iré a estacionarme preciosas y a ver si consigo algo de comer. Tengan cuidado. —Gyutaro se fue. —Vamos, estás hecha un desastre. Iremos al baño como te dije.

—Vamos, estás hecha un desastre. Iremos al baño como te dije.

Rosslenne hizo una mueca. Era contraria a su amiga tan atenta al maquillaje y el aseo personal.

A duras penas eso le importaba.

Al llegar este por suerte estaba vacío.

Daki dejó su equipo. Casi podía jurar que era más lo que traía que libros para la escuela.

—Arreglemos esto. 

—Tendrás que hacer un milagro. —bromeo la oji miel.

—Nada es imposible para mí, cariño.

Mientras estaba en lo suyo preguntó:

—Oye, ¿en serio no hay ningún chico que te llame la atención ni siquiera un poco?

—Tengo miedo de decirte. Siempre le comentas todo a Gyutaro y él es un chismoso.

—¡Vamos! Enserio quiero saber.

Suspiró. Sabía que no iba a dejarla tranquila hasta que respondiera. 

—Bueno sí... Pero solamente me parece lindo. Cualquier chica con dos dedos de frente se daría cuenta. 

—¿Y dónde lo conociste?

—Está trabajando al lado del edificio desde hace unas semanas.

—¡¿Qué estás esperando para invitarlo a salir?!

—¡Daki! ¡No soy una necesitada, apenas lo veo cuando atiende! ¡Ni siquiera sé su nombre!

—Si dices que es lindo tendrá una manada de chicas detrás de él. 

—Esa es una cosa, pero no creo que se anime. Por lo que he notado es muy tímido. —Daki terminó de aplicarle algo de rubor.

—Igual creo que deberías acercarte un poco. Como una amistad, después de todo tienes la excusa de ir a comprar algo.

Rosslenne lo consideró. Era muy penosa con personas nuevas. 

Con ese chico se sentía muy tranquila y su nerviosismo al hablar le parecía adorable.

Vio el resultado final en el espejo. Sonrió complacida.

Al salir y entrar a su salón se sentaron una al lado de la otra. 

—¿Gyutaro tardara mucho? Tengo mucha hambre. —Rosslenne hizo un puchero.

—Solo ten algo de paciencia. De todas maneras sabes que a los profesores ni les importa que comamos durante la clase.

Como mencionarlo lo invocara apareció con una bolsa en la mano saludando a algunos compañeros.

Se sentó detrás de Daki.

—Tomen glotonas. 

—Nuestro salvador. —la castaña fingió tratarlo como si fuera una deidad.

Aquello les hizo reír.

—Compre también un postre porque sé que Rosslenne es adicta a ellos. —Daki hizo un gesto de desagrado. —Menos para mi dulce hermanita.

—Te pierdes de lo bueno de la vida. ¿En serio es necesario que hagas dieta? ¡Ya estás delgada!

—No, gracias. Enserio debo cuidar lo que consumo.

Rosslenne hizo una sonrisa traviesa. Gyutaro ya sabía que tramaba.

—Oh, pero... ¡Esta delicioso! Sí, tiene relleno de avellanas. —exageraba lo mucho que disfrutaba el dulce.

Daki le observó.

El hermano mayor dio la cuenta regresiva en su mente.

—¡Dame eso! —literalmente se lanzó contra ella para probar un poco.

—¡Tiene de mi baba! 

—¿Enserio eso es importante? Solo comparte un poco. 

Cuando le miraron se notaba de lejos que disfrutaba del postre. 

—¿Qué? La próxima semana si cumpliré.

Ambos rieron.

—Si la cumples entonces yo me acercare al chico de la panadería. —propuso Rosslenne alzando su mano en forma de trato.

—Hecho. —se dieron la mano. 

Mientras charlaban entró el profesor.

Sería una tarde con mucho por hacer.

Mientras veía el día del mes estaba pendiente hace días de actualizar cada tres semanas como dije

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Mientras veía el día del mes estaba pendiente hace días de actualizar cada tres semanas como dije. Se me fue la fecha por unos pocos días, hubiera sido más si no fuera porque revise de nuevo hoy AJJAJA

A veces el tiempo pasa demasiado rápido, ay.

A veces el tiempo pasa demasiado rápido, ay

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𝓢𝓸𝓵 ¦ Senjuro RengokuOù les histoires vivent. Découvrez maintenant