𝟎𝟒: 𝓒𝓪𝓹𝓲́𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓽𝓻𝓮𝓼.

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Rosslenne no podía creerlo

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Rosslenne no podía creerlo.

Pasaron apenas unos pocos días que hicieron ese tonto trato de que Daki no consumiera algún tipo de dulce y lo estaba cumpliendo a la par de la letra.

Ni siquiera le hizo caso en sus intentos viles de que cayera en su manipulación como en oportunidades atrás.

No sabía si lo hacía por mantener enserio su peso o por el simple hecho de que hablara con el chico de la panadería.

Quería pensar que era por ella. Siempre que hablaban del tema Daki le insistía que debía abrir más su círculo social y bla, bla, bla.

Pero no era algo fácil. Mucho menos con las personas que la rodeaban. La mayoría no valían la pena y solo pensaban en buscarte por interés.

Mientras volvía a enfocarse en los ejercicios que estaban escritos en su cuaderno alguien tocó la puerta.

—¿Sí? —apenas reaccionó al ver al rubio cenizo. Pensaba que se lo estaba imaginando al tener algo de sueño. 

Se mantuvo muda. 

—Oye... No quería molestarte si estás ocupada. 

Rosslenne volteo hacia atrás pensando que le hablaba a una persona imaginaria.

—¿Eres realmente tú o estoy imaginándome cosas? 

El joven suspiró.

—Si soy yo, sé que debes pensar que me caí de las escaleras o algo de pequeño por mi carácter de mierda.

El comentario le hizo reír.

—No te quito razón.

—Solo quería, eh... —se notaba que le costaba expresar lo que quería decir. —Disculparme por ser tan desconsiderado. Tuviste agallas de enfrentarme de esa manera aunque se nota que eres de menor edad que yo. 

—Uhm... ¿Gracias? —sonrió algo apenada por sus palabras. —No me molesta la música, nací escuchándola prácticamente. Debes pensar en los demás.

Se mantuvieron en silencio.

Alzó su mano hacia ella.

—Nunca nos hemos presentado, soy Sanemi.

—Rosslenne. 

Después de eso se despidió. 

La castaña volvió a su cama extrañada. 

No le dio más importancia al asunto. Se distrajo terminando las tareas que tenía pendiente.

Tomó un descanso al ver que solo le faltaba leer un libro así que al ver que tenía varios mensajes aprovechó de responder.

El sapo':

Ross, no es por querer asustarte...

Pero Daki está a un día de cumplir el reto.

Diablos. Estaba en problemas.

Rosslenne:

Aun no lo asimilo.

Pensaba que solo sería un ataque de berrinche infantil y que luego se le olvidaría...

El sapo':

Te entiendo. Mi hermana es así pero cuando se trata de ti lo tomo muy enserio.

Deberías ir buscando una guía de como conquistar.

Empezó a reír de solo imaginar llegar a la panadería con una rosa en la boca y una cena romántica.

Rosslenne:

JASDUASDJ

No me subestimes. 

Aunque la idea de Gyutaro no era descabellada se sentía ridícula de buscar esas cosas por Internet. Además, no es que iba a querer salir con él. 

Dejó de pensar tanto en el tema y empezó a alistar sus cosas para el día siguiente.

Tuvo que irse por su cuenta ya que la moto de los hermanos estaba en reparación.

Claramente tardó más en llegar. Pero con la hora en su teléfono estaba tranquila teniendo tiempo de sobra.

Apenas puso un pie en el salón alguien saltó hacia ella asustándola.

—Ya valiste. —le dijo Daki con una sonrisa confiada.

—Hola mi amiga del alma. Por poco y me sacas el corazón del pecho. 

—Lo siento, estoy tan emocionada que no pude evitarlo. —dio saltitos en su lugar. —¡Podrás conseguir un novio, finalmente! ¡Ya quiero nietos!

—¡Guao! ¡Da-daki! —no pudo decir nada más ya que fue apachurrada por la más alta.

Empezó la clase. Rosslenne se mantuvo distraída la mayor parte de la mañana ya que tenían varias evaluaciones.

—¡Psst! ¡Ross! ¡Pásame la cinco! —le susurró Gyutaro.

—Claro, la respuesta es: Debiste estudiar. —le dijo entre dientes para que la dejara en paz.

Sabía que lo hacía por molestar. Él era muy inteligente solo que algo flojo.

Terminaron el examen y la castaña dejó su peso caer sobre el pupitre.

Daki al estar detrás de ella le observó el rostro apoyándose de la mesa.

—¿Sabes el nombre de tu futuro esposo? 

—Sospechaba que tocarías el tema de nuevo. —Daki rió.

—Solo dime. 

—Creo que es Senjuro, lo vi en la etiqueta de su uniforme.

—Lo siguiente es averiguar su signo zodiacal. 

—Pareces esas mamas de la vieja escuela. —rieron.

Sí, sin duda la vida de Rosslenne cambiaría sin que ella lo esperara.

Sí, sin duda la vida de Rosslenne cambiaría sin que ella lo esperara

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(人◕ω◕) Apenas vamos por el capítulo tres y ya quiero romance. 

Me voy a aguantar hasta que sea el momento adecuado. De resta será mucha comedia SAJDSAODS

𝓢𝓸𝓵 ¦ Senjuro RengokuWhere stories live. Discover now