23. Confesión

23 2 0
                                    

RHYS

Apenas entré a mi cuarto de hotel y saqué el celular. El tipo de las maletas me dejó la tarjeta del cuarto en una pequeña mesa que estaba junto a un cómodo sofá. Cuando abrió la puerta, le llamé rápido para darle su propina.

Me aseguré de que la puerta estuviere bien cerrada para llamar a Cassie, quien me contestó al tercer timbrazo.

—¿Así que tortura por horas y sin anestesia, preciosa? —le pregunté sin responder a su hola cariñoso.

Cassie rio.

—¡Tú empezaste!

—¿Qué querías que respondiera? ¿Qué fue un placer cogerte cada vez que quise?

—¡Rhys! —exclamó risiblemente indignada.

Reí entre dientes.

—¡Es la verdad!

—¡Sí, pero...!

—¡Perdón, preciosa! —me excusé con voz melosa—. Fui rudo contigo para esconder que quería tomarte de la cintura y besarte enfrente de todos. Presumir que me vuelves loco.

»¡Carajo! Ese vuelo fue una tortura. Tuve que usar los audífonos todo el tiempo porque tu voz me llamaba con un hechizo poderoso.

Cassie rio entre dientes feliz por mi deseo.

—No te preocupes. Me divirtió fingir que aún te odiaba —comentó.

Me eché en la cama.

—Cassie, ¿traes laptop o Tablet? —pregunté curioso.

—Traigo Tablet, ¿por qué?

—Quería hablar contigo por Skype... Verte y, ¡no sé!, jugar un poco.

—No voy a poder. Me estoy cambiando para salir a cenar con mis amigos, tal vez vayamos por unas cervezas después.

No me gustó no estar con ella en ese momento, de no poder salir a divertirnos juntos con los amigos como lo haría una pareja normal. De no poder ahuyentar a los imbéciles que se la cogerían con la mirada.

Refunfuñé en un suspiro.

—¡Por favor, préndela! —terminé suplicando con voz tierna.

—Está bien.

Me lancé por la Tablet.

—¿Cuál es tu usuario?

—CatherineB.

—Por cierto, ¿por qué te dicen Cassie? —pregunté curioso mientras esperaba que la Tablet prendiera y arrancara el Skype.

Fue una gran sorpresa averiguar que se llamaba Catherine y no Cassandra, como siempre sospeché.

—Sé que no es tu nombre verdadero —dije—. Lo supe cuando estuve investigando un poco de ti, cuando tenía esa necesidad de sentirme cerca de ti. Al parecer es un secreto de estado —rio entre dientes—. Leí muchas de tus biografías y nadie lo sabe.

—No, solo los muy cercanos a mi saben la historia.

Hice pausa para enviarle una solicitud, que rápido me aceptó. Colgué la llamada en cuanto vi su imagen.

—Hola, hermosa —dije feliz de verla. Sonrió sonrojada porque estaba solo con brassiere y pantaletas—. ¡Uy, llegué a tiempo para el show!

Cassie rio aún más sonrojada. Era increíble que manejara audiencias enormes a placer y se sonrojara con mi flirteo.

—Deja me pongo a la par —dije quitándome la playera.

RhysWhere stories live. Discover now