Calificativos I

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En la popular línea C de veloces trenes subterráneos, en plena hora pico, iba yo por el extenso andén lleno de cansada gente. Me detuve en el justo medio; en ese mismo momento, llegó una larga y vacía formación con una gran variedad de coloridos y artístico graffittis en las decoradas y amarillas paredes.

La asombrada gente se amontonó con pasmosa rapidez ante la cerrada puerta. Cuando ésta se abrió, la ansiosa multitud, ávida de disponibles asientos, se precipitó hacia el desocupado interior, de tal modo que se produjo un inesperado atascamiento que los inmovilizó a todos por un breve e incómodo instante.

Luego, la insistente presión que generó el desesperado afán por sentarse liberó la congestionada entrada, y los rápidos pasajeros pudieron sentarse con aliviada comodidad en los confortables asientos.


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