Atenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empresaria multimillonaria exitosa, también es una de las mejores comandantes que la FEMF ha tenido.
Christopher Morgan Harts: Un hijo de puta (có...
Todo octubre fue un mes muy tranquilo, el embarazo de Atenea me pone nervioso en ocasiones. Más cuando tiene entrenamiento, ya que trato de que no haga mucho esfuerzo, solo la élite sabe de su embarazo.
Hemos tenido algunas discusiones porque los rumores empiezan, muchas de las que me he cogido hablan pendejada y media, las cuales le afectan por sus hormonas. Pero por otro lado sus amigas la cuidan de todo, recientemente la mujer de Patrick y James tuvieron una pelea con una soldado por lo mismo.
Mi hijo aún no sabe del estado de Atenea, pero siempre he creído que intuye las cosas porque este mes ha estado muy cariñoso, pero algunos días también muy irritado o en otras ocasiones muy sentimental. Nada raro en el pero busca estar pegado de uno de los dos, más a la hora de dormir, siempre quiere estar con ambos.
Estábamos por intentar el retiro del pañal pero no ha funcionado, no se cual está peor si Emiliano, Atenea con sus hormonas, o yo con los estúpidos ascos.
— Christopher amor se hará tarde así que apúrate a empacar— llama Atenea desde un lado de la cama, paso toda la tarde empacando.
— Yo ya tengo todo listo.
— ¿Solo llevaras una maleta? — frunce el ceño.
— Es todo lo que necesito y tu no deberías llevar mucho— la escucho bufar.
Emiliano y yo solo la vemos ir por la quinta maleta a vestidor, compartimos miradas pero al final solo niega dejándose caer de nuevo en mi pecho.
Vemos una película que según es de Halloween pero parece más de navidad.
No recuerdo haberla visto nunca, Emiliano esta asustado pero embelesado por la película. A cada nada se sobresalta, o se ríe, pero espero que esto no joda sus sueños. Duramos acostado unos 30 minutos.
— Ve a bañar al bebé, ponle un pijama y dale la pequeña merienda que pedí para el— pide la mamá mientras termina la maleta.
— Nena no nos mudaremos— repito por milésima vez.
— Yo ocuparé todo esto ¿sí? ve rápido que solo tenemos una hora para irnos con tus papás.
Suspiro y me levanto con Emiliano en brazos.
— Oye no, au do temina— protesta cuando pauso la película.
— Papi te bañara amor, cuando salgas la continúan viendo— se acerca a darle muchos besos haciéndolo reír.
Cuando termino de darle el baño, le coloco el pañal, aplico sus cremas de bebé y le pongo un enterizo muy abrigador con forma de lobo.
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