CAPITULO 64

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Pov: Christopher

Despertarme y verlos abrazados al fin trae paz para estos malditos días de mierda que habíamos pasado.

Es la primera noche de Atenea no llora. Zeus tiene su cabeza encima de Emiliano. Las facciones de ambos al fin parecen tener la tranquilidad que hace semanas no tenían y que tanto necesitaban.

A Emiliano se le callo el chupete así que tiene la boquita abierta, comienzo a revisar mu celular y Reece insiste en que vaya a verlo hoy.

Me levanto suavemente para cambiarme, me doy una ducha rápida y cuando salgo Atenea esta tomado fotos a tanto a Emiliano como a Zeus.

— Buenos días, mi amor— me acerco a besarla y suspira sonriendo— Bebito se ve hermoso durmiendo.

— Hermoso me veo yo existiendo— sonrió.

— Que egocéntrico es coronel— sonríe negando.

se incorpora un poco y me lo pasa lentamente.

— Me voy a vestir amor y bajamos a desayunar.

— ¿Le seguirás dando leche? — pregunto antes de que se vaya.

— No lo sé... ¿tú qué opinas?

— Si tu no quieres está bien— en la sudadera que trae puesta se notan unas manchas húmedas en la parte de las tetas así que supongo que es leche.

— Ya no me veas— se avergüenza— Voy a vestirme rápido.

Azotó su culo al levantarse y se sonroja. Cuando desaparece veo a Emiliano el cual tiene su ceño fruncido supongo que por no estar pegado a ella, su boca aún está abierta.

Es tan parecido a mí que a veces me asusta. Acaricio su cara y mi tacto al igual que el de Atenea lo recibe muy bien, me quedo admirando unos minutos lo perfecto que me salió y decido despertarlo.

— Despiértate— hablo y no pasa nada así que me levanto y abro las persianas y al estar nublado ni se inmuta.

Sonrió y meto lentamente mi dedo meñique a su nariz, vuelvo hacerlo y de un momento a otro sus pequeños dientes atrapan mi mano.

— Si no me sueltas le hablaré a Atenea.

Lo hace enseguida y sus ojos se abren.

— Le dile que tu ele mu goselo y me icas mi nadis.

— Y yo los regañare a ambos porque desde anoche dije que no quería que jugarán así— nos sobresalta a ambos.

Reparo en ella, trae una playera blanca, una falda rosa corta y unas bota negras arriba de la rodilla que me hacen querer follarla con ellas puestas, en su brazo derecho trae un abrigo junto a su bolso.

— ¿Vas a salir? — inquiero.

— Iré con mis amigas, Bren regresa hoy.

— ¿Y yo?

— Tú vas a ir con tu tío el cual no ha dejado de llamarme para que te diga que te espera—empezamos a bajar para desayunar.

— ¿Y a este? — rebotó un poco a Emiliano y este me gruñe.

— Te lo llevas, una salida de chicos— me besa y de paso a él.

Mientras pasamos por la sala veo el gran cuadro que pusieron, no tenía ni puta idea de que Parker fue pintor, nunca me ha importado la vida de esos fuera de su trabajo pero no lo hace nada mal.

El cuadro mide aproximadamente un metro con sesenta centímetros. Lo colgaron arriba de la chimenea y no sé si es por que salgo yo que se ve muy perfecto.

Siempre fuiste túWo Geschichten leben. Entdecke jetzt