- NELLY - 7

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30 años.

Caras largas, con pena, dolor y cansancio, pasan a mi lado dejando un olor particular que no me resulta del todo desagradable.

El olor del hospital, que para mucho es demasiado intenso e insoportable, pero para mí, solo es un recordatorio de la limpieza que deben haber.

- ¿Por qué me buscas? - Rebeca se sienta frente a mí con su desayuno - Rara vez me buscas.

Rebeca es una vieja amiga de la universidad que tiene apariencia de ser una adolescente tierna, pero que en realidad, es la más grande en años dentro del grupo de amigos con los que solíamos beber.

Es médico, por eso estoy aquí.

- Hola, doct - la saludo con una sonrisa - Hace mucho que no te veo.

- Sí, creo que fue en la boda de Daney - me recuerda.

- Oh... Sí... En ese día tan desagradable.

- ¿Qué haces aquí? - me pregunta directa - ¿Por qué me buscas justo en el hospital?

- Porque eres como Daney, siempre tienes la nariz metida en el trabajo, así que sabía que te iba a encontrar aquí - le digo.

- Te quejas de algo que tu misma haces - me dice - ¿O lo vas a negar?

- Lo niego, no siempre estoy trabajando, a veces viajo, o salgo a beber o...

- Te acuestas con mujeres dispuestas a olvidar tu nombre - termina la frase a su manera - Ya sé eso. Ahora ve al grano.

- ¿Disculpa? ¿Vine en un mal momento? Parece que hoy alguien está de mal humor.

Ella es amable siempre, pero hoy, luce irritada.

- Lo estoy - suspira - No es un buen día.

- ¿Y eso por qué? - pregunto curiosa.

- Perdí a un paciente hace un par de horas, así que no estoy de buen humor para socializar con la señorita casanova.

- Oye, me ofendes mucho - le digo - Y lamento lo de tu paciente... No pretendía venir hacerte tu día peor.

- Entonces dime la verdadera razón - se pone a comer.

No puedo evitar mirar y juzgar lo que come. Hay un sandwich que no se ve nada apetecible y un vaso de café que no huele bien.

¿Por qué los médicos tienen tan malos hábitos para vivir?

- ¿Eres médico y comes así de mal? - le pregunto.

- Claro...

- Tonterías, deberías comer algo mejor - le digo.

- No tengo tiempo de pedir algo mejor ni de ir a casa a comer, así que deja de mirar mi comida y responde lo que pregunte.

Sigue masticando ese sandwich paliducho.

- Bueno, solo quería saludarte, hace mucho que no te veo - le digo haciéndome la tonta.

- Nelly...

- Bueno, tú ganas, si hay una razón - le digo.

- Entonces, dime.

Maldición, esta mujer si es un cerebro siempre sabe cuando tengo dobles intenciones.

- Vine para preguntarte si recuerdas a Amber Collins, es de tu misma edad, me parece que iban en el mismo grado en la escuela - le suelto la verdadera intención de mi visita.

- Collins... - murmura.

- Sí, Collins - repito.

- ¿No es la mujer de Müller? De Vicent Müller.

Amber Y NellyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora