Amber Y Nelly

- AMBER - 10

34 AÑOS

De todas las cosas que he hecho a lo largo de mi vida, entre buenas y malas, hoy acabo de hacer algo de lo que me arrepiento completamente al instante.

Bese a Nelly Taylor.

No puedo creerlo, todo me da vueltas, me siento mareada, nerviosa, ansiosa, tengo taquicardia.

- Dios...

Hice algo indebido, lo hice en un mal día, en el momento inadecuado con la persona inadecuada.

Hice algo sin pensar, por impulso, por idiota.

- ¿Por qué hice eso? - jadeo entrando al auto.

- ¿Señora, se encuentra bien? - pregunta mi chófer.

- Sí... Llévame a casa

Tal vez hice eso porque bebí toda la noche, tal vez solo fue un impulso estúpido, ¿pero desde cuándo tengo impulsos estúpidos?

- Mierda...

Mi cabeza duele, tengo náuseas, creo que voy a vomitar.

- Señora... ¿Se encuentra bien? - el chófer sigue preguntando - Señora.

Lo ignoro por completo mientras cubro mi rostro.

Me siento tan enferma, desde lo que paso lo de Luis, no ha habido día que no llore, que no sienta que muero en vida.

La vida perfecta que se planeó que tuviera se derrumbó, para nada llevo esa vida que debía tener. No soy feliz o eso creí.

¿Por qué sentí un ligero toque de alegría al besarla? Está mal, lo que hice está mal.

- Señora...

Llegamos a casa y me encierro en mi oficina metiendo las narices en mis cuentas bancarias.

Debo sacar ese beso de mi cabeza, debo olvidarla, debo pensar en Nelly como mi abogada.

- Parece que el dinero es lo único que tengo estable por ahora - murmuro mirando los números.

Hace tanto que no me intereso por saber cuanto dinero tengo, porque deje todo en manos de Vicent, pero ahora, me meteré completamente en esto, quiero las riendas, mis propios negocios y solo así, logro controlar esos malditos impulsos que esa mujer me está provocando.

¿Por qué no dejo de pensar en mi abogada? Tal vez sea porque es alguien conocido, ¿o es porque es completamente de mi estilo?

No, yo no tengo estilo.

- Señora - alguien toca a mi puerta - Tiene una llamada de la escuela de Jacobo.

Levanto la mirada al escuchar esa mala noticia.

- ¿Qué sucede? - pregunto.

- Parece que tuvo una pelea, piden que se presente para hablar del problema.

¡¿Qué?!

Me levanto de golpe y voy hacia el ama de llaves quien me pasa la llamada de la directora de la escuela, pidiéndome que me presente a dirección.

Mierda, lo que me faltaba.

Salgo directo hacia la escuela y pido información de mi hijo al llegar.

- Unos chicos lo molestaban y Jacobo reacciono tirándoles comida encima y después se fueron a los golpes.

Miro a Jacobo, él está en silencio, a lado de mí, oliendo a leche cortada y comida empezando a descomponerse.

Está todo sucio, pero no tiene algún golpe visible.