Detention.

0 0 0
                                    

Me llevaron a un aula donde habían otros estudiantes, estaban todos re desanimados mientras hacian sus tareas... Yo seguía tratando de hacer fuerza para que me suelten, y empecé a gritar fuertemente, pero fue imposible zafar, porque me sentaron en una silla donde habían como dos muñequeras atadas, pegadas a la mesa, ahí me pusieron las muñecas para que no pueda irme.

Suspiré, rindiendome, o sea, ya me ataron en el asiento, no tengo nada más que hacer y tampoco podría hacer mucho que digamos.

Jose, dale, no seas tan tarada, pensa en algo, pensa, pensa...” empecé a pensar, pero no tuve ninguna idea... Mire al rededor, tratando de ver qué podría hacer.

- No puedes hacer nada, no hay porqué pensar. ─ Me dijo una chica que estaba atrás mío con una mirada dormida y mareada

Fruncí las cejas, confundida, después me llené de preguntas.

- Pero... En algún momento nos van a soltar, ¿o no?, o sea, no creo que sea mucho, ¿cuando nos van a soltar?, ¿a la hora de comer? ─ Esas son unas pocas, pero tenía más.

- No, no nos dejan hasta la hora de dormir... Mañana nos levantamos y nos vuelven a traer... ─ Cuando la chica dejo de hablar, una puerta se abrió y entraron tres enfermeras con jeringas.

Cagué... Bah, cagamos, porque al parecer iban a pasar por cada fila de adelante para atrás, yo me quería matar.

Me di cuenta de que cuando las enfermeras inyectaban a los demás, ellos pasaban de decaídos a un humor más animado pero fingido, se notaba en las sonrisas y en la mirada.

Finalmente llegó una enfermera a mí lugar, cerré mis ojos con fuerza porque siempre me dolieron las inyecciones y todo eso... Bueno, en cuestión, me inyectaron, la inyección me hizo hacer una sonrisa forzada y me hizo enfocarme en la tarea que nos dieron... O sea era solo leer un libro, pero, tipo, yo no podía hablar con ningún compañero ni nada, un garrón...

Pude sentir como mí mente se iba desmoronando y deformando poco a poco, cada minuto que pasaba, cada segundo, cada letra que veía de ese libro... No podía más, estaba muy, muy, MUY HARTA.

Pasaron como 8-9 horas, y todavía no nos íbamos, yo ya estaba por llorar... Bueno, ya estaba llorando, pero esa sonrisa aunque llore por todo el día, no se me iba... Hasta que sonó el timbre, ahí finalmente sentí como el efecto de la inyección se iba lentamente y me dejó mareada.

- Bueno, chicos... Váyanse. AHORA. ─ En cuando la profe dijo eso, vinieron tres hombres.

Esos tres se pusieron en cada fila, así como las enfermeras y nos fueron desatando uno por uno.

Cuando salimos ya era la hora de ir a dormir, y obviamente, no quería ir el día siguiente a dirección otra vez, así que se me ocurrió algo...

Cuando iba caminando hacia mí habitación, alguien me agarró de el brazo y me puso contra la pared... Era Emma, Delfi y Sam... ¿Y ese que hacía ahí? Bueno, no importa.

- Eu, ¿que pasó?, ¿por qué no fuiste al recreo? ─ Me dijo Emma, visiblemente preocupada y confundida.

- ¡¿No entende' vo' que no' asutamo' nosotro'?! ─ Dijo Delfi bastante molesta... Igual, no era mí culpa... ¿creo?

- Es verdad... Nos preocupamos mucho por ti, ¿tú sabes lo asustado y nervioso que estaba en el recreo? ─ Me dijo Sam mientras apretaba mí brazo y me miraba a los ojos, también bastante molesto.

Fruncí mis cejas y mire mí brazo, tratando de que él me suelte, pero Emma lo agarro y le saco la mano bruscamente

- Che, boludo, espera un poco, la lastimas, ¡imbecil! ─ Le dijo Emma, estaba manejando el acento Argentino re bien, me impresione bastante.

K-12 is back... Onde histórias criam vida. Descubra agora