Dos

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Antes

Repasó la cicatriz con sus dedos, inmediatamente recuerdos del dolor que sintió aquella vez lo atormentaron. Se negó a que aquello le afectase en gran medida y soltó un suspiro. ¿Tal vez ella lo miraría de otra forma si tuviese un mejor aspecto? Jamás se había preocupado por algo tan insulso, pero últimamente todo tipo de preocupaciones caían sobre él.

Él era un guerrero. Pero ella tenía en su vida a alguien mejor.

La conoció hacía dos semanas, en ningún momento tuvieron una conversación real. Celeste Khalid había llegado en medio de la madrugada a su casa, rogando para que la hospedara. Thiago se estaba encargando de la pensión de sus padres, pero hasta ese entonces nadie del pueblo —ni los turistas— se atrevieron a acercársele.

Thiago no podía culparlos.

Sin embargo, allí estaba Celeste. Hermosa, atrevida, guapa, ella era un misterio. Nadie sabía por qué había escogido la casa de Thiago, pues su familia tenía una propiedad cerca de allí. Muchos murmuraban que Celeste había enloquecido, pero Thiago sabía que eso no era cierto.

Había un misterio alrededor de ella. Una oscuridad, tristeza, hasta furia. Pero no locura.

¿Debía alejarse o intentar acercarse? ¿Ella se lo permitiría? ¿Debía sólo esperar que se marchase y continuar con su vida?

A veces, ella lo miraba a través de sus largas pestañas y Thiago tragaba, nervioso, pocas veces se dejaba influenciar por las chicas. Había tenido aventuras, sí, pero nadie podía compararse a Celeste, cuyos ojos azules refulgían, ella era increíblemente guapa, y de forma constante utilizaba esa belleza para conseguir lo que quería, todos en el pueblo lo sabían.

Tal vez él debió alejarse después de todo.

Entre Versos y Lágrimas ©Where stories live. Discover now