Cuarenta y nueve

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Antes

Celeste regresó dos meses después.

No respondió sus llamadas, ni mensajes.

Su silencio volvía ser un grueso puñal en su corazón.

Se preguntó todos los días si se encontraba bien, si había mejorado, si las pesadillas finalmente se marcharon.

Se preguntó mil veces si volvería.

Hasta que la esperanza se esfumó, desapareciendo de entre tanto dolor y melancolía al darse cuenta que la persona que más amaba en el mundo, había decidido alejarse de él, rechazando su amor, dejando a un lado los recuerdos que construyeron juntos, los planes que realizaron, las tardes de poesías, las noches en la cama..., Thiago lloró en su ausencia, sus pulmones quedándose sin aire cuando ya no podía reprimir por más tiempo el sentirse abandonado, traicionado, decepcionado.

Entonces, cuando ella volvió, con aquella expresión en blanco en su rostro, todo aquel dolor, todas aquellas noches de insomnio, el vacío que había en su pecho, se multiplicó, incrementó, el fuego expandiéndose, quemando en su corazón.

—Sam despertó hace dos meses —dijo, mirando el suelo—. Lo siento mucho.


Entre Versos y Lágrimas ©Where stories live. Discover now