Capítulo cuatro.

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Harry.

Seguí bebiendo hasta el día siguiente. Llamé a los enfermeros, y decidí que mi turno empezaría cuando estuviera sobrio. Era sábado por lo que no había duda de que estaría atrapado en casa con Paulina la mayor parte del día, una de las razones principales por las que quería estar fuera de esta.

Me quedé pensando en cómo me había montado la noche anterior, llevándome al clímax y llamándome papi, simplemente nada de todo eso tenía sentido, aunque yo ni siquiera creía necesario el apodo. Estaba claro que ella me quería de la misma forma en que yo la quería, tenía que detenerlo. E iba a hacerlo. 

Me vestí con algo simple, pantalones vaqueros y una camisa. Me mordí el labio inferior al bajar la cabeza y mirar mi anillo de bodas antes de quitármelo y ponerlo en uno de los cajones. Me puse algunos de mis otros anillos, y una vez termine de vestirme baje a la planta baja.

Estaba bastante tranquilo aquí abajo, demasiado tranquilo y probablemente Paulina decidió salir con un par de amigos. Estaba tranquilo y también algo fastidiado porque realmente quería ver que sucedería a continuación después de lo sucedido anoche. ¿Qué movimientos haría para que cayera tan fácil a sus pies como ya lo había hecho? 

Tomé una taza de café del armario, porque ya había tenido suficiente alcohol en mi sistema, y ademas quería empezar este día con el pie derecho. A pesar de que había pasado la mayor parte del día acostado en mi cama. Me apoyé sobre el mostrador de la cocina, y tomaba mi café disfrutando del silencio de la cocina. 

Aunque, antes de darle otro sorbo a mi café mi celular vibro desde mi bolsillo delantero, posé la taza sobre el mostrador y en la pantalla aparecía un texto de Paulina,¿o debería decir sext?

Paulina:

Hola papi xx. ;)

Harry:

Para de llamarme de ese modo. 

Paulina:

Te ves muy sexy en con esa camisa hoy, papi x.

Harry:

Dije que pararas de llamarme de ese modo. 

Paulina:

Lo amabas la noche anterior, estabas tan duro, papi ;) 

Harry:

Se supone que eso no tenía que suceder, deberías hacer lo mismo que yo y olvidarlo. 

Paulina:

Tengo un regalo para ti papi, vamos ven arriba.

Harry:

¿Qué?

Paulina:

«  »

Gemí, y pose mi taza sobre el mostrador antes de subir lentamente arriba. Con cada paso que daba mi corazón de aceleraba por la curiosidad de saber qué había en la habitación, pero en parte , ya sabía que sería ella quien estuviera allí, y parte de eso me emocionaba. 

Con un leve empujón en la puerta entre totalmente, mis ojos se abrieron a tope al encontrarme con Paulina completamente desnuda sobre la cama que compartía con Dawn. Me aclaré la garganta, y me quedé allí parado en estado de shock cuando ella me sonrió. El bulto de mis pantalones creció después de haber visto la versión completa de su cuerpo, ella era tan hermosa, y tenía todo lo que Dawn nunca me dio.

—¿Viniste a verme, papi? —arrulló, abriendo las piernas dejando al descubierto la parte inferior de su cuerpo y la otra sobre las almohadas de la cama. 

Lamí mis labios, y sentí que mi respiración se convirtió en inestable mientras ampliaba sus pliegues hacia mi, mostrándome todo antes de que sus dedos comenzaran a trabajar sobre su clítoris. agradable y lentamente. Masajeó su clítoris entre sus dedos, y llevó su otra mano hasta su pecho.

—Joder, quiero que me hagas tantas cosas malas. Quiero que me jodas tan duro, papi —gimió, y pellizco su pezón.

Palmeó mi mano sobre mi creciente bulto no resistiéndome, así que arroje mis pantalones hacia abajo junto a mis boxers. No podía esperar más. Envolví mis manos alrededor de mi polla, acariciando lentamente mientras la veía tocarse a si misma. 

—Me estas haciendo cosas malas Paulinas, jodidamente malas —me quejé, y frote mi pulgar sobre la punta, la difusión del liquido pre-seminal comenzaba a esparcirse sobre mis dedos por lo que comencé a bombear mas rápido. 

Paulina sonrió y llevó sus dedos hasta su boca. Sus labios se abrieron para envolver y chupar dos de sus dedos, mientras yo protagonizaba la gloriosa imagen. Mi respiración se engancho en mi garganta, y tragué secamente mientras ella volvió a deslizar sus dedos sobre su coño goteante. 

—Apuesto a que tu polla entraría perfectamente en mi coño, seria jodidamente bueno —gimió y arqueando su espalda empujó dos dedos en su núcleo y su otra mano trabajaba en su clítoris.

—Te necesito tanto Paulina que llega a ser malo —gruñí, y respire hondo cerrando fuertemente los ojos.

Apreté la mandíbula mientra llevé mi mano hacia abajo y apreté alrededor de mis bolas, un gemido escapó de mis labios mientras la sangre de mis venas sentía como si estuvieran en el fuego. Ella fue la gasolina del ardiente fuego que era mi deseo, y la necesidad de su mierda, pero yo no podría hacerlo, ¿Podría?

Sacó sus dedos, y los chupó, girando su lengua muy lentamente sobre estos—. ¿Acaso necesitas que tu hijastra te folle? Es obvio que necesitas a tu bebe para correrte de nuevo, ¿eh? Joder, sí —ella gemía mientras hablaba sucio para mi, 

Apreté mi polla alrededor de la palma de mi mano, gemí en voz alta. —Mierda, mierda, sí lo hago. Te necesito, niña. —Asentí con la cabeza rápidamente, y abrí los ojos para mirar hacia los de ella. 

Su boca se abrió cuando se corrió en silencio, pero mi intensa mirada todavía se posaba sobre ella mientras que me bombeaba mas rápido viéndola empapada sobre mi cama. Hacía todo esto para mi, y me sentía tan mareado por toda esta situación que pensé que estaba soñando.    

—Jesucristo —gruñí, y mire hacia la cama para comprobar que Paulina se había ido, pero una ves que miré hacia abajo pude ver su lengua envuelta sobre mi miembro y eso basto para hacerme venir allí mismo. 

El sabor de su cálida lengua cuando me vine no hizo mas que hacerme gemir y cerrar los ojos tanto como ella, sus labios se curvaron hacia arriba y mantuvo su boca alrededor de mi hasta que termine mi liberación.   

Acaricié lentamente mi miembro jadeando humilde, me estremecí cuando planto un suave beso en la cabeza. —Volveré mas tarde, papi —murmuró, y se puso de pie. 

Su dedo pastoreo sobre la piel de mi estomago hasta darme una sonrisa satisfecha, y salir de la habitación. Mi respiración seguía bastante pesada, me senté al borde de la cama encerrando mi cara alrededor de mis manos.

Me enfadé conmigo mismo porque nuevamente estaba dejando que esto pasara, y no estaba poniendo nada de mi parte en esta pelea, porque cuando todo se reducía a ella no quería que nada se detuviera. Esta emoción que estaba experimentando con una adolescente de dieciséis años hizo algo en mi, y siendo sincero comenzaba a preocuparme por mi mismo, porque esto se estaba volviendo mas que sexo.

Recuerda que sin ataduras.  

© styonce




Sweet Deception | Harry Styles AU (Español)Where stories live. Discover now