Capítulo siete.

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Harry.

Revolotee los ojos antes de parpadear un par de veces para poder despertar realmente. Creí que podría haber estado soñando, pero no fue muy difícil ya que mi cuerpo estaba desnudo bajo las sabanas, y comprobé que no. De hecho, tuvimos sexo y yo fui su primera vez. Había sido el primero de mi hijastra.

Bufé, y froté mis manos sobre mi cara. Algo olía, algo así como una especie de comida, y obviamente alguien estaba cocinando. Recogí mis boxers del suelo antes de ponérmelos de nuevo, bajando las escaleras me encontré a Paulina vistiendo mi camisa abotonada, se veía bastante floja en ella.

Ella estaba de pie frente a la cocina y de espaldas a mí mientras volteaba el pancake en la sartén, voltio hacia el pequeño televisor. —Oh, no sabía que estabas despierto —ella dijo aturdida, pero dedicándome una pequeña sonrisa.

—Si, hmm —me callé, y rasqué la parte posterior de mi nuca mientras ella me miraba perpleja— Es lunes, y tú tienes escuela así como yo trabajo, ¿por qué no me despertaste? —pregunté, mientras me apoyaba en el mostrador cruzando los brazos sobre mi pecho.

Se encogió de hombros, poniendo el pancake en el plato con el resto. —No me sentía con ganas de asistir hoy, y pensé que tal vez podríamos quedarnos en... Podrías escribirme una nota de medico como escusa por la ausencia de hoy —farfullo, pero por más que haya preguntado para que dijera que sí me había puesto los ojos de cachorro.

Suspiré, sonriendo y caminando hacia ella. —Seguro... Eres muy tierna —murmuré presionando un beso sobre sus labios y sonriendo en medio de este—. Mi camisa se ve bien en ti, nena —mascullé en medios de nuestros besos, a lo que ella rió.

Mis labios se movían a lo largo de su cuello, succionando su piel. Ella gimió, y paso sus dedos a través de mi cabello cuando me acercaba y apagaba la cocina. Arrastré mis manos hacia abajo de mi camisa, para agarrar su trasero obteniendo una respuesta positiva por parte de ella.

—Harry, aún estoy cocinando —se quejó, y yo gemí mientras mordisqueaba su piel.

—Luego cariño —murmuré, y desabroche los bonotes de la camisa.

Masajeaba su pecho con mi mano, para luego lamer la marca que le había hecho en su cuello. Empujé la camisa de su hombro para comprobar que no traía nada debajo de esta, y estaba completamente expuesta para mí, me estaba excitando.

—Te ves completamente caliente, desnuda, y cocinando para mí. —Relamí mis labios y cuando la recogí un grito de sorpresa salió de sus labios. La puse sobre el mostrador mientras frotaba sus muslos, dándole apretones leves cuando la besaba apasionadamente.

—¿Como debería tomarte, cariño? —pregunté, dando círculos con mi pulgar sobre su clítoris.

Ella se estremeció, y exhaló un suspiro profundo. —Mierda, donde quieras, papi.

Sonreí, y besé sus labios antes de empujar rápidamente mis boxers fuera. Posé un brazo alrededor de su cintura, acercándola al borde del mostrador mientras apoyaba mi polla sobre su entrada ya que era su segunda vez y ella probablemente todavía se estaba recuperando de la primera.

Cerró sus ojos y abrió sus labios mientras me movía lentamente en ella. Besé todas las partes de su piel, cada pulgada que mis labios eran capaces de tocar para hacer que se relajara y se sintiera amada. Sentirse amada mayor parte por mí.

—Mierda, te siento tan bien alrededor de mi polla, nena —gruñí, y aproveché para abrir más sus piernas ya que la quería penetrar con más intensidad.

Un fuerte gemido escapó de sus labios, y estos se apoderaron de mi cuello mientras me movía con rapidez en su interior. Tenía la necesidad de correrme, al igual que ella. Enterré mi cara en su cuello mientras le daba fuertes y rápidas penetraciones.

Respiré profundamente mientras ella se quedaba en silencio, y respiraciones temblorosas escaparon de sus labios cuando nos sentimos mutuamente. Sentía que esto era más que sexo o una simple follada, me sentía amado. La forma en la que ella se aferra a mí, y la forma en la que me dejo aferrarme a ella y cuando hablábamos tan alto que nuestras voces parecían una.

Me vine con un gruñido bajo, rodé mis caderas contra ella y moví mi mano hacia abajo para masajear su manojo de nervios entre mis dedos para que así pudiera correrse tranquilamente con un suave gemido de papi que salía de su lengua una y otra vez.

Estuve algún tiempo, abrazándola contra mi cuerpo, jadeando contra su piel mientras ella pasaba sus dedos sobre mi pelo. Separé mis labios tratando de recuperar el aliento, y cerré los ojos. Inhale su aroma, y tensé la mandíbula porque estaba comenzando a atraerme. Podía sentirlo.

—Hueles celestial, pequeña —murmuré, volviendo a inhalar su olor mientras ella jugaba con mi cabello húmedo.

—Tu también, papi —habló y beso la parte superior de mi cabeza lo que me hizo sonreír un poco, y se deslizo hacia el chupón que acababa de morder y se dedico a chupar sobre mi piel adolorida y lo besó.

Me aparté, y la ayude a bajar del mostrador pero se tropezó y la sujete hasta que ella pudiera ponerse de pie correctamente. —Una vez que hayas terminado, no vuelvas a vestirte tan solo sube la con la comida a mi habitación —le dije dándole un beso en la mejilla para luego darme vuelta y comenzar a subir las escaleras.

—¿Por qué?—preguntó curiosa, y volvió a encender la cocina para seguir con su labor.

—Porque voy a follarte luego de comer. —Sonreí y le guiñé un ojo, antes de salir de la cocina vi una sonrisa emocionada plasmarse sobre su rostro.

Este tipo de cosas se estaban volviendo peligrosas, pero yo sabía que durante mi juventud nunca me había divertido tanto. Por supuesto, las cosas tienen que volver a su normalidad cuando vuelva Dawn, pero por ahora me divertiría.

Pero no era tan divertido cuando te encuentras a ti mismo pensando en tener algo con tu hijastra porque estas juntando sentimientos que nunca debieron estar allí desde un primer punto. Eso es lo que me asusta, enamorarme de alguien que no puedo tener.

Me siento un poco atraído.

© styonce


Sweet Deception | Harry Styles AU (Español)Where stories live. Discover now