Capítulo ocho.

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Harry.

—Nunca antes he hecho esto —dije, y tome un bocado de pancake.

Ella me miró desconcertada, y se rió nerviosamente. —¿Qué quieres decir?

—Nunca me he sentado en la cama a comer pancake en la tarde. Es estupendo. —Me reí entre dientes, pasando mi mano por mi cabello.

Mordió su labio inferior, y se rió mientras negaba con la cabeza. Se estaba volviendo tan aficionada a mi como yo lo estaba de ella. Se inclinó y deposito un beso sobre mi mejilla lo que me hizo sonreír aún más. Me sonrojé, y creo que ella se dio cuenta ya que deposito otro beso sobre mi mejilla.

—¿Por qué decidiste ser doctor? —preguntó, y aferró las sabanas contra su pecho.

Me encogí de hombros, y fruncí mis labios mientras pensaba. —Simplemente me gusta la idea de ayudar a la gente, ya sabes. Hace mucho dinero, como puedes ver, y es de lo que vivo y tal pero me encanta mi trabajo. Siempre es importante pensar si tu trabajo o carrera, te gusta o no. Es probable que si te gusta, todo sea mejor para ti. —Sonreí.

Ella asintió con la cabeza y tomó otro pancake del recipiente. —No lo sé, mi madre siempre ha querido que sea alguna de sus modelos o algo pero nunca fui capaz de encajar en esas prendas así que. —Se encogió de hombros, y me miró con pena— Ella quiere hacer algo en el mundo de la moda sin embargo, es una locura. —Se echó a reír pero yo sabía que era por vergüenza.

—No tienes que estar avergonzada a mi rededor, Paulina. Yo creo que eres perfecta —le aseguré, apoyando una mano sobre su muslo.

Ella me miró antes de bajar la mirada, y negar con la cabeza. —Necesito perder peso o algo.

No podía creer que estuviera diciendo eso, ella era hermosa, y yo amaba su cuerpo. Estaba tan encaprichado con ella, y todo lo que tenía para ofrecer. De su apariencia, su personalidad, pensaba que ella era perfecta, y desearía que ella también lo viera de esa manera.

Incliné su cabeza para que me mirará, y rosé mi pulgar sobre su labio inferior mientras las lágrimas llenaron sus ojos. —No, no lo hagas. Deja tu cuerpo a un lado, y comienza a amarte tal cual eres.

Ella sollozó, y tomó una respiración profunda. — Probablemente dices esto porque he tenido sexo contigo, y es probable que me odies al igual que mi madre.

—Ella no te odia, y nunca lo he hecho. —Negué con la cabeza, y tragué mientras pensaba que ocurriría cuando Dawn regresase— Escucha; cuando tu madre regrese, no podremos seguir con esto ni nada. Ya me he sentido como una mierda porque lo estoy haciendo ahora —murmuré.

Los dos nos quedamos sentados en silencio cuando el plato de pancakes había terminado, ella me miraba por el rabillo del ojo, pero yo no la miraba. Todo esto fue causado porque ella lo quería, y por su seducción. Pero yo no soy el mejor porque soy un adulto casado y debí de poner fin a esto.

¿Cómo se supone que haga eso cuando quiero que siga sucediendo?

Me recosté sobre el colchón, y coloqué una sábana sobre la mitad inferior de mi cuerpo a la vez que mis manos descansaban detrás de mis cabezas. Cerré los ojos, y pensé que tal vez Paulina se iría. Tenía la esperanza de que lo hiciera porque yo estaba encaprichado con ella, y obsesionarse no es saludable para cualquier persona en esta situación.

Sentí hundirse la esquina de la cama, y como la sabana era levantada lentamente mientras se arrastraba sobre mí. Tensé la mandíbula mientras sus labios apretados dejaban besos suaves sobre mi mejilla, mandíbula, barbilla, y en todas partes de mi rostro. Sus besos hicieron un sendero bajando hacia mi cuello, y sus manos introduciéndose por sí solas en mi cabello.

—Follame, por favor —murmuró contra mi piel, y succiono mi cuello suavemente para dejar algunos hematomas justo como yo había hecho con ella.

Me quejé, y moví mis manos hacia abajo para tomar la base de mi polla. Me bombeé a mí mismo un par de veces antes de acomodarme en el interior de su centro, escuché su respiración atascarse en su garganta mientras temblaba levemente contra mí. Envolví mis brazos alrededor de su cintura, y la empujé hacia arriba para penetrarla lentamente al principio.

—Más, papi. —Respiró, y rozó sus labios contra los míos.

La penetré tan dura y rápidamente que golpeé con ella. Presioné mis labios contra los de ella, gimió en mi boca mientras arremolinaba mi lengua con la suya. Sus manos masajeaban mi cuero cabelludo en lo que la follaba con fuerza, ella amaba todo lo que yo le estaba dando.

—Sí, nena, toma mi polla —gruñí, y presioné un besos sobre su mandíbula.

Sus labios se separaron, y su cerrada entrada seguía palpitando mientras yo estaba dentro de ella. Llego en cuestión de segundos, mientras la penetré descuidadamente llegando minutos después que ella.

Paulina aferró su cuerpo al mío como su tuviera miedo de que la dejara ir; tendría que dejarla ir en algún momento. Besé su hombro, y froté sus lados ya que ambos jadeábamos pesadamente. Se apartó y presionó un beso con fuerza sobre mis labios a lo que devolví suavemente.

—Me preocupo mucho por ti —susurró, y continuó besándome.

—También me preocupo por ti —murmuré entre besos.

Frotó su nariz contra la mía lo que me hizo sonreír, me miró a los ojos. —Temo que voy a lastimarte, ¿no tienes miedo?

Lamí mis labios, y sacudí mi cabeza mientras una sonrisa se asomaba en mis labios, sus dedos combinados peinando a través de mi cabello. —Soy un hombre casado que tiene un romance con su hijastra a quién no puede tener, ya me has hecho daño —susurré entre lágrimas, y sus ojos también estaban con agua.

El beso que me dio me hizo saber que lo sentía sin siquiera decirlo, la sostuve cerca de mí mientras nos perdíamos en el otro. Yo estaba arriba esta vez e hicimos el amor en esta cama una vez más, y secretamente amábamos cada parte de ello.

Cariño mira lo que me has hecho.

© styonce 




Sweet Deception | Harry Styles AU (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora