¿Un café?

302 37 23
                                    

Fidel se acerca a toda velocidad y me salta encima. Como estoy acostumbrada lo atajo mientras me hace fiesta. Su cara de alegría es incomparable, como cada vez que regreso a casa.

Se me encoje el corazón. Realmente me encantaría sacarlo a pasear, pero sólo llego a cambiarme y buscar el bolso para dirigirme al Estudio.

- Ohh bebé. Mañana te prometo que vamos al parque. - le digo mientras amaso la papada de cuero que se enrolla alrededor de su cara.

Entro a mi habitación a toda velocidad, me quito mis jeans y me enfundo en mis calzas negras favoritas. Arriba opto por una remera y un sweater suelto color rosa palo. Zapatillas deportivas y ¡Voilá! Amo estar comoda para bailar.

Cargo billetera, mis gafas y mi teléfono al bolso que ya dejé listo con anterioridad, tomo mi gorro de lana que dejé tirado al pesar y salgo disparatada a la calle.

Llego justo cuando el bondi que me lleva a mi destino está por pasar por mi parada. Ruego mentalmente que lo pare el semáforo y así sucede. Mi subconsciente hace un gesto de victoria con el brazo y cruzo corriendo.

La clase se pasa volando y le aviso a Ale que me voy a comprar algo de comer a la panadería de la otra cuadra. Estoy famélica. Esto de pasar tanto tiempo en la facultad y no tener tiempo para comer me mata. Empiezo a considerar lo que me sugirió mi compañera de la facu de llevarme una vianda.

Mientras camino enumero lo que haré cuando llegue a casa. Apenas vi que las cosas de Laura estaban en el perchero del living, pero no nos cruzamos. Espero que cuando llegue a casa haya cocinado ella, detesto llegar agotada y tener que hacerlo yo. También espero que se haya dado cuenta de abrirle al perro para que haga sus necesidades. Uff, quizás estoy esperando muchas cosas.

Y así sigue pasando el resto de mi día. A las corridas, como casi todos los días de mi vida. Pero no podría vivir de otra manera, sino mi cuerpo desbordaría de energía sin desgastar todo el tiempo y supongo que por el bien de la humanidad no sería bueno tener un día pasivo.

Cuando llego a casa veo que me han guardado comida y mi estomago y mi cuerpo se encienden de agradecimiento. Laura a sacado al perro, Yami tiene su portátil sobre la mesa hurgando en las redes sociales. Comemos en tranquilidad y armonía y lo disfruto cada segundo, uno nunca sabe cuando todo puede cambiar.

Termino mi comida y me voy a mi cuarto a chequear los mensajes y facebook y a alistar las cosas para mañana. No soy la persona más fanática de facebook pero tengo uno para mantenerme actualizada. El resto de las redes ni hablar, no me interesan en lo más mínimo y ni siquiera sé cómo usarlas. No hay nada interesante, sólo un par de comentarios y en el mail algunos mensajes de la facultad. Mañana por suerte no tengo que ir. Aprovecharé el tiempo para estudiar y ponerme al día con Gramática. La jodida profesora Saler nos ha dado unos malditos apuntes de como 1000 páginas cada uno para leer para la próxima clase. Es obvio que nadie llega en una semana a leer tanto, y más si tenemos en cuenta las otras materias que tenemos. No pienso leerlos ahora, mañana comenzare. Como alternativa a terminar mi día elijo el libro de feng shui que encargue por internet. Realmente me pregunto si estas cosas funcionan. Voy por la mitad del libro y puse en práctica algunas cosas pero creo que alguna vez tendré que sincerarme conmigo misma y asumir que termina el libro y termina mi práctica para cambiar el universo. La constancia no es una de mis virtudes precisamente. Le pido silencio a mis pensamientos de auto boicot espiritual y me pongo con el libro y poco a poco morfeo se apodera de mi.

Un molesto zumbido entre las sábanas me hace despertar y detecto que es mi teléfono que está sonando. La Cosquillita de Juan Luis Guerra me termina de despabilar y me levanto a comenzar mi día. Antes me quedaba remoloneando un rato más hasta que perdí miles de clases por quedarme dormida y me prometí no volver a decirme "un rato más y me levanto". Esas palabras ya no existen en mi diccionario y también sé que nadie me va a venir a despertar a la hora que lo necesito. Y lo que necesito ahora es un domingo...

El Lado Oscuro del Amor - CASI PERFECTOWhere stories live. Discover now