Ella

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Está sola.
No de compañía,
ella los tiene haciendo cola;
está sola de alma.

Está perdida.
No físicamente,
ella está en su cama ahora;
está perdida porque quiere que la encuentres.

Está loca.
Sí, loca de remate.
Y es lo mejor,
porque nunca sabes con qué cara de la luna te encontrarás:
si la oscura o la que refleja toda la luz del sol.
Está tan jodidamente loca que "cordura" no pasa por su boca.
Y claro, no vayamos a hablar de su boca
porque fácilmente llegaríamos a la conclusión
de que es la más bella de todo el planeta.
Bueno, puede que para otros ojos que no sean los tuyos no lo sea,
pero es capaz de llamarte por tu nombre
y enamorarte en ese mismo instante.

Está rota.
No sus huesos,
ellos sostienen el cuerpo más bonito que ha visto Madrid.
Su corazón lo está,
y claro,
yo no soy quién para repararlo.
Tú sí.

Está ahí fuera,
esperando a que vayas de una vez por todas.
Está deseando que tus sábanas se conviertan en las suyas,
está deseando perderse en el laberinto de tu boca;
te está deseando sin que tú lo sepas.

¿Y por qué?
Porque te has quedado ciego por verla,
estás conteniendo la respiración sin darte cuenta
y los latidos de tu corazón son tan fuertes
que no oyes más allá de ellos.

¿Y por qué?
Porque te has enamorado de ella sin querer.
Así que ve y acompáñala para que nunca vuelva a estar sola,
sé su mapa para que no vuelva a perderse con otro,
conviértete en el sol que ilumine su luna
-y encontraros en la cara oculta para hacer de las vuestras-,
conviértete en relojero para reparar los engranajes de su corazón.

Ella.
Ella está ahí fuera, así que encuéntrala
y ámala para que ella te ame también
como si hoy fuera el último día de vuestras vidas;
promete y cumple.

Tú eres el amor de su vida,
solo que aún no lo sabe.
Necesita aprender cómo hacerlo para quererte
y seamos sinceros,
qué mejor profesor que tú para enseñarla.

Ella.
Tu ella,
mi ella o la ella de cualquiera,
todas ellas son la mejor apuesta.

De trizas, corazónWhere stories live. Discover now