TRES:

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Pasaron tres dias de escuela, chismes, risas, besos, tareas, trabajos, sonrisas y ojos azules. Colby no se comporto diferente, siguio igual: en algunos recesos se juntaba con nosotros, otros de iba con los atletas y en varios nos juntabamos con los atletas. El sabado llego rapido, y cada dia que pasaba mas me emocionaba, ¿Es real que Colby me invito a salir?

No tenia ninguna razon de que ponerme. Despues de media hora viendo que ponerme decidi ponerme uno jeans claros un poco gastados, con una camisa blanca holgada con las mangas cortas marcadas de negro y unos converse. Colby me dijo que iba a pasar por mi a las 3:00, y mi reloj marca las 2:50. Que nervios. Me enchine las pestañas, me pinte los labios de un rojo, pero no tan intenso, apenas se veía y me eche perfume. Me mire al espejo y vi a una chica diferente, mas alegre, donde sus ojos color miel claro con las pestañas perfectamente enchinadas expresaban felicidad, su piel blanca sin maquillaje y los labios no tan carnosos pintados de un rojo claro. Baje cuando decidí que estaba lista. "Toc toc", sonó la puerta cuando estaba bajando por las escaleras. Mire a mamá y se acerco a abrir la puerta. Me dieron demasiados nervios, mi estomago estaba lleno de mariposas volando queriendo salir. Papá también se acerco a la puerta y acto seguido me llamaron. Papá estaba sujetando la puerta y mi mamá no dejaba de ver a Colby. Colby se dirigió a su auto mientras me despedía de mis padres. Me dieron un beso en la frente y mamá me dijo: suerte. Camine al auto y me senté en el lugar del copiloto. No era gran cosa, pero yo me sentí como una princesa, me sentía en una cita. Me sentía feliz.

-¿A donde vamos?- pregunte después de un rato.

-Es una sorpresa.- apareció una sonrisa en su cara.

No dijimos nada en todo el camino, solo escuchábamos las canciones de su celular y eran algo relajantes, tristes, felices, era una mezcla sensacional. Mire mi ventanilla y vi los carros pasar, el día estaba precioso, con un sol que alumbraba la ciudad, un sol que te abraza con sus rayos. No me gustaba el calor, pero esta vez me pareció exquisito. El carro se detuvo y alcance a oír "chic", parecido al sonido de una cámara. Gire rápidamente y Colby estaba viendo la cámara, sonriendo.

-Ya llegamos.- dijo.

Abrimos la puerta a la misma vez, se dirigió a la cajuela y saco una canasta. A nuestro alrededor habían un montón de arboles verdes, y muy altos, flores de colores en el pasto de colores amarillas, moradas, azules y también habían dientes de león. Gire y vi a Colby acomodando las cosas que estaban dentro de la canasta debajo de un árbol gigantesco que nos cubría de los rayos de sol. Puso un mantel blanco con cuadros rojos en el piso, colocando enzima de el puso dos platos decorados con sándwich y al lado de uno de esos platos puso un jugo de uva. Sonreí. También puso un pay de nuez. Me miro y le pego al mantel para que me sentara, me acerque y me senté a su lado. Que bueno que traje unos jeans y no un vestido.

-Come lo que quieras.- dijo, señalando la comida.- Adentro de la canasta hay otro jugo de naranja por si te da mas sed... ¿Te gusta?

-Esta... muy lindo.- sonreí agradecida.

El sándwich era de jamón con lechuga, aguacate y jitomate. Eran simples, pero sabían muy bien. Lo mire y sus ojos me miraban. La playera que él traía le hacia resaltar mas el color de sus ojos, se le veían más claros, más hermosos. La playera era color rosa acercándose al blanco, con unos cortes. Sus hoyos formaban un panal circular en la parte del hombro, en el pecho, en la costilla y en la cintura. De un momento a otro se volvió mi camisa favorita. Un pantalón negro, pero este no estaba desgastado. Hasta parecía nuevo. Empezamos a hablar. La platica se dio fácil, empezamos con la comida, pasamos a cosas de la escuela, el futuro, y volvimos a hablar de cosas persona. Hubo chistes tontos, risas escandalosas y encantamientos. Reí con mas fuerza desde hacia años, quizá más que nunca. Agarre su cámara y le tome una foto, los dos nos reímos por la cara que puso. Sus cejas negras se movían con cada gesto. Su sonrisa perfecta sonrisa me paralizo una cinco veces. Sus ojos azules me hipnotizaron demasiadas veces. El viento despeinaba su cabello, pero no había problema porque aun así se le veía perfecto. Le tome fotos, me tomo fotos, nos tomamos fotos.

Cayo la noche más rápido de lo que pensé. Empezamos a recoger las cosas y las guardamos en la canasta, que después guardo en la cajuela. Nos subimos al auto y mentalmente me despedí del parque. Manejo y no dijimos nada en el camino. Me llevo sana y salva a mi casa. Me dejo en la entrada del patio de mi casa. Nos despedimos con la mano cuando el se iba y me dijo tres palabras: Hasta el lunes.

Una Difícil Decisión.Where stories live. Discover now