SIETE:

7 1 0
                                    

Mire la ventana esperando cerrar mis ojos y quedar dormida. Se podian ver el cielo negro pintado con estrella que brillaban, un avion pasar y los arboles que decoraba mi casa desde afuera. No tenia sueño. Después de una hora decidí levantarme, me puse un abrigo para tapar mi pijama, agarre unos cuantos billetes y los guarde en el abrigo negro. Sali de mi casa y me sente en el jardín esperando el sueño. No llego. Cruce la calle y empeze a caminar, con las manos metidas a los bolsillos. Camine una cuadra hasta llegar a un OXXO. Lo iluminaban unas luces amarillas. Abrí la puerta y una ruidosa campana sonó haciendo que un señor que estaba viendo la tele me volteara a ver. El señor tenia como treinta años de edad, usaba lentes y estaba un poco pasado de peso. Empeze a caminar en busca de algo. Me acerque a la caja y pedi un café de vainilla chico. En la tele habia un programa llamado CSI: Miami, no me llamaba mucho la atencion pero decidi verla en lo que esperaba el café. Dejo el café y empezo a poner algunas cosas en la maquina, le tendi el billete de cinco dolares. La campana que sono cuando entre volvio a sonar llamando la atencion de los dos. Me dio en el estomago y empecé a sentir un tremendo calor. Colby llevaba un abrigo como el mio, pero el de él no estaba tan largo haciéndole ver un pans gris olgado. Se puso a lado de mi y pidio un café. El señor decidió hacer primero el café que darme mi cambio. Me lo tendio, lo agarre, agarre mi café y sali de aquel lugar.

-Audrey...- dijo Colby que estaba a escasos metros de mi.- Audrey.

Me di la vuelta y lo vi caminando rapido para poder alcanzarme, se le podía ver el cabello despeinado, moviendose de un lado a otro. Se detuvo enfrente de mi.

-¿Que haces aqui tan temprano?

-¿Tan temprano?- dije dándole un sorbo al café.

-Si.- saco su celular.- Son las 4 de la mañana...- me escruto la cara con su mirada.- ¿No puedes dormir?- empezamos a caminar.

-No, ¿Tu?- dije dándole otro sorbo al café.

-Tampoco...- se detuvo y me miro ceñudo.- ¿Te trajo Damián?

-Si.- dije dándole varios sorbos al café para quemarme la lengua, ¿que hacia aquí?, ¿de todos los Oxxo que existen tuvo que venir a parar a este?, ¿me estaba siguiendo?

-¿Te...- se aclaro la garganta.- Te gusta Damian?

¿Que estaba diciendo?, no llevo ni una semana de conocerlo y cree que ya me gustaba. Si que estaba loco. Segui caminando pero esta vez no camino atras de mi. Me gire y lo vi parado sin dejar de verme. Suspire. Se comportaba como un niño chiquito, pero a pesar de eso lo quería. No como se decían los novios, sino como amigos, como compañeros. Le di otro sorbo al café dándome cuenta de que ya me lo había acabado y lo tire al bote de mi lado. Me acerque a él y lo mire a los ojos tratando de pensar bien mi respuesta. No, no tenia por que pensarla, era obvio que no me gustaba. Era guapo pero hasta ahí, no lo conocía, no sabia como era realmente.

-No, Colby, no me gusta.- dije por fin.

Los ojos le brillaban y subió una comisura de sus labios. Me abrazo. Si, estaba loco. No había otra palabra que se acomodara a lo que él era.

(...)

Me levante gracias a mi alarma que marcaba las seis en punto. Me di una ducha rápida, me cambie y baje a desayunar. Unos hot cakes con mantequilla arriba y un poco de miel de maple adornaban la mesa. Me gustaba que mi mamá estuviera en casa porque preparaba comida exquisita, y bueno, porque me hacia compañía. Papá estaba leyendo el periodo y tomaba café y mamá tomaba té junto con los hot cakes. Papá me vio cuando bajo el periódico para pasarlo de hoja.

-Audrey, ¿Recuerdas la platica que tuvimos ayer?

-Si.

-Bueno, quiero que te alejes de él.- dijo sin mas.

Me atragante con un pedazo de comida ¿Qué acaba de decir? Abrí la boca para hablar con él pero se levanto del asiento, se puso su saco, le dio un beso en la frente a mamá y salió, agarrando su portafolio y las llaves del carro.

De camino a la escuela estuve recordando lo que dijo papá. Quería pensar que era broma pero su tono de voz no tenia ni una pisca de broma, lo había dicho serio, tranquilo, sin dudarlo, sin pensarlo dos veces. Tal vez ya lo había decidido desde ayer, o desde que fui a parar al hospital. Lo que no me quedaba claro era que cuando dije su nombre completo se quedo seco, paralizado. Llegue al instituto y al primero que vi fue a Damián que estaba con una sonrisa de oreja a oreja, y al lado de él estaba Serena.

-Hola, ¿Por que tan feliz?

-Es que quiero presentarte a una persona especial.

Nos agarro de la mano y nos llevo hasta la dirección, donde habían unas bancas y ahí nos sentamos en espera de la persona especial. Salió una chica bronceada con el cabello negro, con unas pecas en los brazos y pecho. Tenia una mini falda que hacia resaltar sus piernas largas y bronceadas. Tenia un parecido a Damián.

-Hola.- dijo la chica.

-Hola, soy Serena.- me señalo.- Y ella es Audrey.

-Mucho gusto. Soy Rachel, prima de Damián. Serena y yo volteamos a ver a Damián.

-¿Si te quedaste?- pregunto Damián.

-¡Si!- dijo Rachel dando unos saltitos.

Tocaron para iniciar las clases y Serena y yo nos apresuramos para ir al salón de español. El salón se estaba llenando ocupando sus asientos. Nos sentamos juntas como siempre. Abrieron la puerta y Rachel entro. Se sentó en unos lugares lejos de el de nosotras y la maestra empezó a dar la clase. Tocaron para salir, salí del salón para dirigirme al de matemáticas y vi a Colby corriendo en dirección a mi. Me abrazo y me cargo dándome vueltas. Me bajo y vi una sonrisa de oreja a oreja. Tenia una playera de mangas largas negras al igual que su pantalón, con su mochila colgada solo de una correa en su hombro derecho.

-Tengo una buena noticia.- empezó a decir tomando aire.

-¿Que pasa?

-Este fin de semana hay una comida que hacemos para reunirnos todos, y quiero que vengas conmigo.

Me acorde lo que me había dicho papá en esa mañana. Su sonrisa se fue desvaneciendo cuando vio mi cara.

-¿Que pasa? ¿No quieres ir?

-No es eso... Es que mi papá me.- me aclare la garganta y baje la mirada a su playera.- me dijo que me alejara de ti.

Colby me agarro de la barbilla y subió mi cabeza para que lo pudiera ver a los ojos. Tenia las cejas juntas y los ojos se le oscurecieron un poco. Suspiro. No quería verlo a los ojos porque me iba a sentir peor. Realmente mi padre me había dicho que me alejara de él sin darme alguna explicación, dejándome con la duda, la intriga. Después de unos cuantos minutos Colby se rasco la nuca y sonrió.

-Ya se que hacer. Te veo en la salida.

Una Difícil Decisión.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu