N° 417 "Pérdida Profunda"

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—No me gusta comenzar una historia con diálogos —le comenté, llevándome las manos a la cabeza; como si aquello le dijera a mi cerebro: «¡Piensa, estúpido!»—. Simplemente no me parece la mejor opción.

Desde el otro lado de la habitación, Sally me observaba con indiferencia, dando un buen mordisco al Snizzers de chocolate que compró esta mañana. Se limpió los labios con el brazo y se acercó a mi lado, mirando la hoja en blanco delante de mí. Era un vago reflejo de los exentos pensamientos de mi cabeza.

—¿Qué te parece si empiezas así? —se aclaró dramáticamente la voz—. Era una preciosa tarde de invierno, con pájaros y nieve y rosas rojas como el rostro enfurecido de Elise, que se preocupaba demasiado por una redacción sin importancia, manteniendo encerrada en su propia casa a su amiga de toda la vida como vía de escape de su ciega ira.

Si hubiera tenido la almohada a mano ya estaría estampada contra su cara. A falta de "armas", decidí ignorarla. Dos puntos de la nota final eran algo más que importante para mí. Al contrario que ella, yo me esforzaba en los trabajos, previendo que mi nota en el examen no sería tan buena. Algo obvio de tener en cuenta que durante su transcurso no te dejaban usar el móvil, un ordenador o una amiga empeñada en tocarte los ovarios hasta que acabaras de escribir para salir de clase y comprarse otro Snizzers.

Si el cabrón del director me hubiera hecho ese favor ahora no estaría tan descolocada —susurré. Sally se tumbó en mi cama, cansada de no mover un músculo.

Acéptalo. Ni siquiera tus notas son tan excelentes como para que te hubiera dejado la llave maestra del colegio. Cualquiera en tu lugar la habría liado parda. Es como preguntarle: «¡Hey, dire! Déjame las llaves pa' un trabajo, anda, que soy niña buena»

A veces Sally me ponía enferma. Sabía lo importante que era este trabajo para mí, sobre todo tras la cagada en el anterior examen de Lengua & Literatura. Alguien debería enseñarle a esa mujer que aprenderse de memoria 20 autores con sus correspondientes obras, en la década en las que las escribieron, además de sus correspondientes características, es algo imposible incluso avisando con 3 semanas de antelación.

Me gustaría verla a ella estudiándose a los grandes cantantes y hits del momento. Para que se hiciera a la idea de lo que cuesta. Aunque, claro, como ya es profesora fija, ¿para qué va a esforzarse?

Hubiera sido un trabajo tan original... "Tras las puertas del instituto Willsmister; Elise revela todos sus oscuros secretos" . Y no una porquería de redacción de datos y fechas. Jodido director...

¿Por qué no escribes sobre el curso desaparecido del 74? —me interrumpió—. Ya sabes. Es la leyenda más extendida en el insti.

Por eso mismo. No es original, y probablemente alguien ya habrá escrito sobre ello —aseguré. Sin embargo, eso me dio una idea—. ¿Sobre qué has hecho tú el trabajo?

Sally ahogó una de sus agudas risitas.

No estamos hablando de mí ni de qué página web copié el trabajo.

—Pero ya lo has acabado, ¿no? —asintió, poniendo carita de niña buena—. Estupendo. Acompáñame, por favor.

Me levanté de la silla y cogí mi abrigo, dejando atrás el horrible folio en blanco y a una anonadada Sally. Casi se atraganta con el Snizzers al verme salir tan rápido de mi dormitorio y abrir la puerta que da a la calle. Tomé una bocanada de aire fresco en cuanto ésta estuvo abierta. Detrás, Sally se ponía su abrigo tan rápido como podía. Yo había tenido un plan genial, y ella sería mi querida compinche.

VHS (Various Horror Stories)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora