Cuando sientas que todo está perdido, mírame a los ojos y recuerda aquellas palabras que te regalé. Cógeme de la mano y apriétame bien fuerte. Te doy permiso para que me rompas los huesos, y ya sabes que eso no es algo que le diga a mucha gente. Siénteme como te siento a ti. Sé por lo que estás pasando. También te doy permiso para que cojas un poco de mi fuerza, que yo ya no la necesito sabiendo que te tengo ahí. Dime que te vas a levantar y que vas a empezar a correr, para coger carrerilla y llegar muy lejos, aunque sea lejos de mí.

Atentamente, OctubreWhere stories live. Discover now