Pócima para la felicidad

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Al contrario de lo que muchos y muchas puedan imaginar, la felicidad sí que existe. Si alguien intenta argumentar lo contrario es porque nunca le han revelado el secreto de la felicidad verdadera, esa que puede llegar a mover universos incluso quedándose quieto, simplemente utilizando unos sencillos pasos y añadiendo ingredientes fundamentales para que la pócima sea exquisita, sin ingredientes que distorsionen su maravilloso sabor.

Antes que nada, hay que aclarar que la felicidad no puede ser permanente, al menos en lo que conocemos como a un humano en el presente, puesto que nuestras vidas están llenas de otros sentimientos que son igualmente necesarios para vivir, pues, si no, estaríamos viviendo en una sociedad falsa y perfecta, algo a lo que no se debería llegar ya que nos llevaría a ser todos iguales, "robots" sin personalidad.

¿A qué llamo yo felicidad? Al hecho de ser y dejar ser, siempre que el alma quede tranquila por ambas partes. La felicidad puede conseguirse con una cucharada de respeto, para que todas las personas puedan vivir como quieran si su manera de vivir no va a condicionar realmente al entorno en el que vive; con un vaso lleno de amor, que funciona como antitoxina para eliminar las relaciones tóxicas que se van creando con parásitos del ambiente; con un sobre de altruismo, porque ayudando a los demás nos sentimos mejor con nosotros mismos; y por último, con un golpecito de realidad, para que nunca más tengamos que vivir en la ignorancia. Para no ser controlados. Para poder ser nosotros mismos y para que podamos reivindicar nuestros derechos mientras vivamos en una sociedad que no nos ayude a crear esta pócima de felicidad, sino que lo único que quiere es convertirnos en hechiceros del odio, del caos, de la hipocresía, de la irrespetuosidad, de la ignorancia y de la oscuridad.

Para mí la felicidad no sería quizá estar todo el tiempo sonriendo. Para mí la felicidad sería no tener que preocuparme por el qué dirán y poder ser libre en un ambiente que esclaviza nuestros sentimientos. Que los esclaviza porque nos obligan a mantener una imagen que no es la que a nosotros nos gustaría tener de nosotros mismos hasta el fin de nuestros días. Moldear una masa en forma de máscara que nos haga escondernos no es uno de los procedimientos que deben llevarse a cabo para conseguir ser felices. Es por eso por lo que el último ingrediente que falta es el mundo. Hay que cogerlo, meterlo en un bol y remover cielo y tierra para eliminar todo lo malo que queda en él. Sin esto no conseguiremos nada.

Atentamente, OctubreWhere stories live. Discover now